Vida Médica Volumen 70 N°3 - 2018 | Page 16

16 } VIDAMÉDICA / 70 AÑOS En 1954 comenzó la campaña de construcción de la Casa del Médico en calle Esmeralda, que fue inaugurada en 1958, y la fusión del boletín de la época, conocido como “Colegio Médico”, dependiente del Consejo General, y la revista “Vida Médica”, del Consejo Regional Santiago, con el objetivo de disminuir los costos que implicaban ambas publicaciones. Su primer director fue el Dr. Antonio Losada. El año 1957 surgió el Comando de Profesionales Universitarios, médicos, dentistas y químicos farmacéuticos quienes exigie- ron mejoras salariales que devolvieran el poder adquisitivo perdido con las modificaciones al régimen de sueldos de los médicos funcionarios de 1952, y amenazaron con la renuncia masiva de sus cargos. Finalmente, se logró un acuerdo con las autoridades y se bajaron las movilizaciones. Durante el gobierno de Jorge Alessandri y con el Dr. Sótero del Río (ex presidente del Gremio entre 1956-1957) como mi- nistro del Interior, se reemplazó la Ley del Estatuto Médico Funcionario por la 15.076 (1963), la cual fija las bases para el sistema de sueldos y ascensos de los profesionales de la salud del sector. Asimismo, un nuevo foco de conflicto afloró en la administración del Presidente Eduardo Frei Montalva, por los Servicios de Libre Elección. Sin embargo, los médicos llegaron a un acuerdo con el Ejecutivo. Sin duda, las relaciones del Colegio Médico con el gobierno del presidente Dr. Salvador Allende (1970-1973), quien participó en la creación de la Orden y la lideró durante 1950 y 1952, fue- ron de dulce y agraz. Al ser el primer médico en convertirse en la máxima autoridad del país, se le entregó la Condecoración de la Orden Médica Chilena, dando origen a ese premio que se otorga hasta el día de hoy. Pero el buen clima no duró mucho, debido al ambiente interno que comenzaba a vivir Chile. En 1972 se realizó una paraliza- ción general convocada por los gremios y organizaciones em- presariales que duró por casi 20 días. Los médicos participaron activamente de esta movilización y algunos se mantuvieron en sus labores. Esto quebró las relaciones entre el gobierno y el Colegio Médico, que incluso solicitó públicamente la renuncia del Jefe de Estado. LOS CAMBIOS QUE TRAJO LA DICTADURA Tras el Golpe de Estado de 1973, en la editorial de la revista del Colegio Médico del mes de septiembre hizo presente la postura del Gremio ante los hechos ocurridos: “Con la intervención do- lorosa, pero necesaria, de las Fuerzas Armadas y Carabineros, Chile ganó la batalla contra el marxismo ya preparado para un autogolpe, que nos había bañado de sangre. Se abre así una nueva etapa en la que todos, con generosidad y patriotismo, deberemos hacer nuestro aporte a la reconstrucción del país y al restablecimiento de su unidad, tan gravemente quebrantada por el odio que el pasado régimen sembró a destajo”. Pero este apoyo inicial se fue diluyendo con el pasar de los años, cuando los propios médicos comenzaron a ser testigos de la violencia con que avanzaba el régimen y que entre las filas del Colegio Médico, varios de sus integrantes fueran per- seguidos, torturados o asesinados a manos de militares y ci- viles. Además, por la serie de reformas privatizadoras, donde imperó un nuevo modelo económico liberal. Es en este contexto que en febrero de 1979 se dictó el Decreto 2.516, que eliminó la colegiatura obligatoria y, más tarde, el 8 de Noviembre de 1981, se publicó el Decreto N° 3.621 que transformó a todos Colegios Profesionales en Asociaciones Gremiales, sobre la base de la completa libertad de afiliación y desafiliación, derogando todas las disposiciones legales que facultaban a los Colegios Profesionales para conocer y resol- ver las infracciones a la ética. A pesar de esta medida y un intento fracasado de fundar un Colegio Médico paralelo, más del 80% de sus miembros se mantuvo en el Gremio. En 1981 se desmanteló el Servicio Nacional de Salud y dictó la Ley de Isapres, que creó las aseguradoras privadas. Mientras, la deteriorada infraestructura hospitalaria y las precarias con- diciones laborales, llevaron a que en el año 1985, la Orden se sumara a las movilizaciones sociales y, posteriormente, asu- miera un rol preponderante en la articulación de un movimien- to de resistencia que conformó la Asamblea de la Civilidad en 1986. A esta instancia se unieron los colegios profesionales, centrales sindicales, federaciones de estudiantes y organiza- ciones sociales.