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VIDAMÉDICA / FalmedEduca
Anestesiólogos revisan sus protocolos de atención:
UN EXAMEN SIN ANESTESIA
Vistos por algunos pacientes como ángeles protectores y, por otros, como ángeles de la muerte; los anestesiólogos saben
que sobre su especialidad pesan mitos, miedos y prejuicios. Conscientes del poco tiempo que tienen para evaluar a sus
pacientes y crear una adecuada relación médico-paciente, desarrollan medidas para mejorar los estándares de calidad
y resguardarse frente a las exigencias de una alta presión asistencial.
Por Mariela Fu
“L
os juicios más complejos en anestesiolo-
gía tienen algunos factores en común. Las
complicaciones anestésicas tienen conse-
cuencias muy graves. Son bastante inespe-
radas para los pacientes y sus familias, sobre todo si se trata
de intervenciones programadas. Y, además, no hay un vínculo
previo entre el anestesiólogo y el paciente y su familia. Si algo
sale mal, lo primero que la familia dirá es que ese médico, que
nadie vio, nunca le explicó los riesgos”.
Así apunta la abogada Isabel Salas, jefa del Zonal Valparaíso-
O’Higgins de Falmed, a uno de los mayores riesgos médicos-
legales que pesan sobre los anestesiólogos: la escasa
posibilidad que tienen para evaluar aquellos aspectos que
determinan el riesgo del paciente. La falta de tiempo siempre
les juega en contra.
“La lex artis en la anestesia es hacerlo bien en el acto anesté-
sico. Pero parte del acto anestésico es también ese acto previo
de recopilación de datos para definir el factor de riesgo del
paciente, la técnica de la anestesia, para una adecuada toma de
decisiones. El médico anestesista debe ser activo en su rol de
recopilar esa información. No puede dejarla en manos de otros
profesionales”, subraya la jurista.
Si a eso se le suma los pacientes que llegan de urgencia, a veces
en estado de inconsciencia, la situación se vuelve más compleja.
Todos estos aspectos se ven acentuados en un sistema público
colapsado. Los anestesiólogos sienten la presión de participar
en procedimientos simultáneos, casi sin exámenes previos o
con información desactualizada, y sin tiempo para realizar un
correcto consentimiento informado.
Falmed ha observado que la especialidad que más ha solici-
tado charlas educativas en 2018 es la anestesiología. Durante
las presentaciones, los abogados de la Fundación les explican
a los médicos que los jueces fallan según lo que indican los
propios médicos, para lo cual se apoyan en los peritajes del
Servicio Médico Legal.
Son estos mismos peritajes los que dan cuenta que el acto
anestésico requiere de la presencia permanente y perso-
nal del médico anestesiólogo. También han concluido que
la evaluación de la recuperación anestésica del paciente
es parte de sus tareas y que la Unidad de Recuperación de
Postanestesia requiere estar a cargo de un médico aneste-
siólogo residente de tal unidad.
Entonces, no pocas veces los profesionales manifiestan su pre-
ocupación por estas exigencias. Reclaman que se les exige es-
tar en muchas partes al mismo tiempo, poniendo en riesgo la
seguridad de los pacientes y su responsabilidad profesional.
“Una alta demanda asistencial no va a ser justificación cuan-
do se produzca un evento adverso, excepto en casos de riesgo
vital”, advirtió en una de las charlas preventivas Falmed el
abogado Marcelo Valenzuela a los anestesistas del Hospital
San José de Santiago.
LA TEMIDA SALA DE RECUPERACIÓN
El Dr. Fernando Aranda, jefe de la unidad de anestesia y pa-
bellones quirúrgicos del Hospital Dr. Gustavo Fricke, vive día
a día el peso de una aumentada presión asistencial. Relata
que no son pocas las ocasiones en que la sala de recupera-
ción está ocupada con pacientes hospitalizados, dejando a
los médicos sin margen para operar. A la falta de camas se
agrega un alto ausentismo laboral del personal paramédico,
que puede llegar hasta un 47%. “Atender se torna una ruleta
rusa porque tienes los pacientes con cáncer, todos urgentes,