VIDAMÉDICA / REPORTAJE
SERES HUMANOS EN LA ESENCIA
María Cristina Puga, médico anestesióloga e integrante de la
Brigada, es quizás una de las voluntarias más entusiastas. Ella
y sus colegas Irene Castro, Isabel Cottin, Olga Cerda, Lilian
Sanhueza, Sandra Villarroel y Anita Concha, por nombrar al-
gunas, son reconocidas por su compañero José Venegas como
mujeres médicos ejemplares “que han sacado la cara por el
grupo, ya que las horas de policlínico, consultas y educación
hacia el paciente y equipos de salud son, sin duda, una tremen-
da entrega”, señala.
Por su parte, la Dra. Puga recuerda su generación como una
marcada y hasta dividida por los tiempos que vivía Chile en
los 80 y relata sobre esta experiencia que “lo que ha pasado
después de estos 32 años es que nos encontramos los seres hu-
manos y nos dimos cuenta que las diferencias no existen y si
existen no tienen importancia, ya que lo que importa ahora es
nuestra esencia”.
Asimismo, reflexiona que “cuando entregas este tipo de medici-
na, con un profundo sentido social a cambio de nada, sino que
sólo de resolver los problemas de salud, nos hace sentir muy
reconfortados espiritualmente y lo que siempre digo: ’Hacer el
bien, hace bien’, porque como médicos la vida también nos va
dejando heridas y para mí esto ha sido una verdadera medicina”.
La filosofía de la solidaridad también ha primado en este gru-
po a través del “ethos del regalo”, explica el Dr. José Venegas.
“A diferencia de otros, nos autofinanciamos, sin sacar tantas
cuentas, y regalamos al otro para así ir creando vínculos, por-
que cuando le debemos algo a alguien eso nos vincula, genera
un compromiso que nos enriquece y nos da fortaleza de unión”.
Hasta ahora el modelo ha funcionado y aunque ha sido agota-
dor, las satisfacciones han sido mayores. Los médicos llegan de
diversas zonas del país para cumplir con esta labor. Por ejem-
plo, el mismo Dr. José Venegas, que viene de Antofagasta; o
{ 55
el Dr. Edgardo Moraga y su esposa, quienes viajaron desde
Santiago para participar en este último operativo, aportando
desde sus áreas: la ecocardiografía y la hematología. Y como
una forma de motivar también a los más jóvenes, también se
sumó a este grupo la hija del Dr. Enrique Wagemann, Paula,
recientemente egresada como médica.
El ginecoobstetra Miroslav Vulinovic comenta que “la verdad
es que el trabajo de estos operativos, que duran dos días, ha
sido agotador, pero llegamos a casa con nuestros corazones
plenos. Sabemos que lo que hacemos no es la solución para
la salud pública, pero es una gotita que vamos sumando y una
tremenda oportunidad para reencontrarnos como personas y
como seres humanos que somos, cada uno con sus fortalezas
y sus debilidades”.
Por su parte, la Dra. Puga tiene una visión clara. “La sociedad
nos pide un médico humano, conectado con el paciente, no
sólo una consulta, quiere acompañamiento, preocupación y
que estemos realmente al lado de ellos. Chile necesita que sus
médicos hagan este tipo de cosas y nosotros estamos felices de
hacerlo”, afirma.
Miroslav Vulinovic comenta que la Cepa 1986 Medicina UdeC
trabaja con ahínco en su próximo operativo que, esperan, sea
en abril de 2019 en Punta Arenas. No obstante, se proyecta
que el segundo de cada año sea en el Hospital Intercultural de
Cañete, pues en las dos visitas realizadas han podido ser testi-
gos de que, pese a contar con buenos equipos y profesionales,
no dan abasto y hay mucho trabajo por hacer, por lo que están
dispuestos a colaborar.
El Dr. José Venegas agrega que “nos hemos encontrado con
modernos hospitales, completamente equipados, con médicos
especialistas en comunidades pequeñas, pero también con las
listas de espera que tanto nos avergüenzan. Nuestra brigada es
una esperanza y estoy convencido que muchos colegas de todo
el país estarían disponibles para ir en ayuda de más pacientes”.
Finalmente, concluye que “como generación nos hemos dado
cuenta que tenemos muchas más similitudes que diferencias,
no tenemos intereses detrás de esto, solo confiamos en seguir
unidos, ayudando a nuestra gente”.