VIDAMÉDICA / IN MEMORIAM
EN RECUERDO DE UN MAESTRO DE LA VIDA
Es difícil encontrar las palabras precisas para homenajear en
plenitud a un gran Maestro. Podríamos comenzar pensando
en ¿qué es ser un buen docente?, ¿qué aspiramos encontrar,
admirar e imitar de nuestros mentores?
Probablemente, un profesional altamente capacitado, pero
sobre todo una persona con valores y principios consistentes,
consecuentes y empático. No sólo basta saber explicar, sino
saber motivar y comprometer al alumnado con diversos temas.
Buscamos encontrar en los docentes un ejemplo a seguir en lo
humano y profesional, alguien con un sentido de responsabi-
lidad, de compromiso con sus pacientes y alumnos, de innova-
ción con su quehacer diario, perseverancia en sus metas. Que
inspire un profundo respeto y a la vez la más cálida simpatía.
Todas esas cualidades las reunía el Doctor Enrique Álvarez
para los becados y post becados, el famoso y querido
“Doctorcito Álvarez”. Un hombre lleno de ternura, empatía,
enormes conocimientos, pero sobre todo de humildad y de hu-
mor. Un médico con un manejo exquisito de la nefrología y de
la pediatría en general.
¡Qué afortunados quienes pudimos compartir con él, aprender
de él, escuchar de él! Un ejemplo de una solución balanceada
de valores y conocimientos a lo cual debemos aspirar.
Quisiéramos compartir algunas reflexiones y pensamientos
hacia el Dr. Álvarez Lira:
“La vida me permitió conocerlo y compartir muchos años de
mi formación, tanto de pediatra como de nefróloga infantil.
Gracias a él logre enamorarme de la nefrología y ver la ne-
cesidad de sub especializarme en ella. Su forma de enseñar,
inigualable, con una claridad para transmitir los conceptos
más difíciles, siempre con un cariño especial con sus becados,
conociendo la vida de cada uno de nosotros, preocupado por
cada detalle. Siempre un refuerzo positivo, una gran perso-
na, un maestro de los pocos que logran dejar huella en sus
alumnos”.
Dra. Carolina Sugg. Nefróloga Infantil.
“Más que un profesional ejemplar, una persona excepcional.
Dejando atrás la tristeza de la pérdida, queda la alegría del
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tiempo compartido y la gratitud por todo lo enseñado. Cómo
olvidar su sonrisa sincera, a veces su respuesta irónica que nos
hacía reír y su rectitud para defender lo justo.
Sólo me queda reiterar mi agradecimiento al ‘Doctorcito
Álvarez’ de parte de todas aquellas generaciones de médicos
que tuvimos la fortuna de aprender de él”.
Dr. Felipe Falcón B. Becado Pediatría
“Un gran Maestro. Más que medicina, nos enseñó la verdadera
importancia de la vida. Cómo olvidar su amabilidad, su preo-
cupación y sabiduría. Dejó una huella imborrable en cada uno
de nosotros. Su ejemplo nos estimula a seguir trabajando día
a día a por lo que nos gusta, a querer ser mejores nefrólogos y
por sobretodo, mejores personas”.
Becados y post becados de Nefrología Pediátrica Hospital Luis
Calvo Mackenna.
“Conocí al Dr. Enrique Álvarez Lira en el periodo inicial de mi
beca. Si bien compartimos la pasión por la fisiología renal y
los electrólitos, la cual nunca se extinguió, queda una tremen-
da huella de afecto y apoyo en la construcción y formación
como ser humano. Paciencia, respeto, humildad. Un Maestro
en el aula, un padre en mi vida”.
Dr. Jean Grandy H. Nefrólogo Infantil.
“Maestro, aún escucho su voz, aún recuerdo sus palabras, aún
siento su apoyo, aún admiro su grandeza. A usted, Maestro,
quien escuchó sin juicios; quien inspiró a no rendirse; quien
dio la mano en las caídas; quien motivó en posibles los impo-
sibles; quien vistió de humildad su grandeza; quien caminó
en pasos de gratitud; quien río a carcajadas en dificultades;
quien enseñó a sentir con la mirada y a mirar con el cora-
zón; quien sigue ahí, dando señales y mostrando el camino.
De discípulo a maestro, gracias por habernos dado todo eso
y más. Pero por sobre todo, gracias a la vida por habernos
permitido el valioso y eterno regalo de su presencia y ahora,
pese a su ausencia, sigue en nosotros su esencia. Un abrazo
a la distancia”.
Dra. Niscka Babaic, Pediatra.