VIDAMÉDICA / EDITORIAL
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EDITORIAL
70 años con la salud del país
E
ste año, nuestro Colegio Médico cumple 70 años de profesión conjugadas con la experiencia dialógica en el cui-
historia, durante los cuales ha sido un actor relevan- dado humano, pueden ser de especial valor en las incertezas
te en el país en la discusión de importantes políticas del porvenir, mientras los saberes en que se anclan las nuevas
públicas que han cambiado nuestra vida como pro- formas de convivencia aún no se expresan con nitidez.
fesionales y también la de nuestros pacientes. Los cuidados del planeta tierra requieren nuestra experiencia
La historia de nuestra profesión y sus variadas formas de aso- organizada. Más aun, la propia medicina contemporánea re-
ciarse, es bifronte como la medicina misma: inquietud por el quiere a la multiplicidad de profesiones del campo de la salud,
enfermo y la patología, prácticas humanistas y acciones en articuladas en formas democráticas de diálogo y trabajo, den-
ciencia, saberes organizados y desarrollos institucionales, in- tro y fuera del mundo clínico.
certezas, caminos azarosos, senderos erráticos. Nuestros desafíos requieren, por tanto, más proximidad del
Pese a que se nos tilda de individualistas -y a menudo se nos Colegio y sus asociados con las sociedades científicas y las
timbra de soberbios-, el curso del trabajo médico muestra un universidades que desarrollan el pre y posgrado; con las cues-
constante esfuerzo asociativo, una vocación política, pública y tiones éticas, en los espacios próximos e inmediatos al enfer-
solidaria. El trabajo del Colegio ha sido un ejemplo de lo que mo, en el tiempo real en que aparecen, nos convocan a debatir
una profesión puede hacer no sólo por sus asociados, sino por estas cuestiones con enfermos, familiares, filósofos, sociólo-
la salud colectiva, las instituciones y, por supuesto, el horizon- gos, teólogos.
te político del país y del mundo. Y, por supuesto, con las problemáticas medioambientales, en
En los extremos de la polarización, los años 70 y 80 tracciona- combinación con las inquietudes políticas de las minorías que
ron a nuestra organización casi hasta los vértices mismos de súbitamente aparecen lisa y llanamente fuertemente apoyadas
esas oposiciones. Equivocados, puede ser, nunca indiferentes. por las mayorías, nos recuerdan que la profesión ha estado
Confrontados en el mismo Colegio perseguidos y persegui- impregnada de compromiso público.
dores, heroicos y cómplices. ¿Por qué no? Todo Chile fue así. Finalmente, la institucionalidad en que ejercemos nuestra pro-
Sólo que pocas organizaciones y profesiones lo vivieron con fesión sigue teniendo raíces en las oposiciones del mundo eco-
tal intensidad. nómico del siglo XX: estado o mercado. También es nuestro
No hemos sido indiferentes ni hemos dicho cínicamente: “Eso desafío inventar formas asociativas en que sobrepasemos esa
no nos corresponde”. Al contrario, nuestros miembros y diri- dualidad y en que lo clínico organice nuestras prácticas con
gentes han asumido las responsabilidades de una voz pública, valores como solidaridad, cuidado, equidad y justicia, expre-
incluyendo las más graves implicancias para sus vidas. sados en una institucionalidad que las preserve, desarrolle y
También, hemos sido actores plenos en momentos guiados por amplíe.
el consenso y la reforma: articuladores del nacimiento de la
medicina social y de la construcción de un Sistema Nacional
de Salud. En ambos tiempos, el Colegio Médico expresó esa
confluencia, la organizó y fue parte de la génesis de un nuevo
rumbo.
La condición actual es el ocaso del triunfo mundial de la eco-
nomía que gobernó los destinos del siglo XX y estas prime-
ras décadas. Las raíces biológicas en que se ancla nuestra
DRA. IZKIA SICHES PASTÉN
Presidenta
Colegio Médico de Chile