Vida Médica Volumen 67 Nº2 - 2015 | Page 62

62 Vida Médica Lectura Mobile La historia contada por tres de sus protagonistas 20 años junto a los médicos Fue en julio de 1995 cuando los estatutos de la incipiente Fundación de Asistencia Legal fueron aprobados por el Ministerio de Justicia. Así la Orden enfrentó el fenómeno de la judicialización, caracterizado por la persecución penal en los casos de mala praxis. “E stablécese una Fundación sin fin de lucro, con el nombre de ‘Fundación de Asistencia Legal del Colegio Médico de Chile A.G.’ (…) cuyo objeto será: Dar asesoramiento, asistencia jurídica y capacitación, y representar judicial y extrajudicialmente a los médicos inscritos en el Colegio Médico de Chile (AG), en todas aquellas materias que sean propias o deriven directamente del ejercicio de la profesión de médico”. Así reza el artículo primero de los estatutos de Falmed. Pero antes de su constitución tuvieron que pasar algunas cosas: un juicio de alto impacto mediático y una apuesta visionaria en medio de un escenario que apenas advertía volverse adverso para los médicos. Crear la Fundación de Asistencia Legal provocó resistencia y dudas entre algunos médicos que temían despertar la ambición de los pacientes y otros que querían evitar una defensa corporativa a supuestos colegas negligentes. Pero en 1993 una noticia alertó que la judicialización de la medicina, fenómeno internacional, aterrizaba en Chile. El Dr. Juan Eurolo, actual presidente del Consejo Regional Valparaíso, recuerda vívido el caso que impactó profundamente al Dr. Kleber Monlezun, en esa época vicepresidente de Colegio Médico y artífice de la creación de Falmed. “La historia es bien sabida, la del Dr. Alfredo Elgueta y el juez Lionel Beraud. En su operación a la cadera, habían quedado de comenzar por el lado A y lo hicieron por el B. Igual había que operarlo de los dos lados, pero este caballero estimó que habían atropellado sus derechos y la demanda, válgame Dios que fue tramitada rápido, terminó en una indemnización millonaria: 80 primero, que luego se rebajaron a 40”, recuerda el Dr. Eurolo. “Decidimos invitar al Dr. Elgueta a la mesa directiva para que nos contara. Y entró este hombre, un traumatólogo ya de fuste, que lo habían despedido del Hospital Militar porque era un desprestigio. El Dr. Vacarezza -entonces presidente de Colmed- le dijo que queríamos ayudarle. Y este doctor se echa para atrás y se echa a