Parece que Chillwave es el nombre de un naciente género musical, y cuando se habla de este género también se pretende describir una música que puede generar una atmósfera de playa, de absoluta tranquilidad al lado del mar: pura relajación con sonido de las olas. Sin embargo, dicho neologismo poco o nada nos dice acerca del sonido de bandas como Neon Indian, Washed Out o del mismo Toro Y Moi: agrupaciones supuestamente fundadoras de esta nueva forma de hacer música. En un entorno pseudo-especializado (el de la crítica musical), donde los rótulos dicen muy poco sobre la inmensidad que pretenden abarcar, el caso del Chillwave no ha sido la excepción.
Para superar las palabras vacías es necesario ir a los hechos: en este caso, la propuesta sonora de Toro Y Moi y la intensión materializada de Chaz Bundick detrás de este seudónimo. Las primeras producciones de este productor y músico estadounidense, Causers of This (2010) y Underneath the Pine (2011), evocan una mezcla amorfa entre Flying Lotus y la banda francesa Air, como una rara mistura de elementos tomados del synth-pop e incluso del pop francés de los sesenta. Su música igualmente refleja una actualización del New Wave de los ochenta, con sintetizadores fuertes, diversos samples, teclados bien ejecutados e infinidad de instrumentos distorsionados. En esto no hay mucho que discutir: Bundick es un gran músico y logra plasmar sin problema su creatividad en impecables melodías.
La participación vocal de Bundick, sus letras y la forma en que incluye estos elementos dentro de sus propias armonías, es el rasgo distintivo de Toro Y Moi, de su propuesta musical. A diferencia de artistas como James Blake, que convierten su voz en un instrumento más dentro del estilo sonoro, Bundick es trasparente o parece manipular muy poco el sonido de su voz; en este sentido, se diferencia de sus colegas al no esconder una voz deficiente con millones de artilugios electrónicos posibles hoy en día. Pero esta “sinceridad”, por más respetable que sea, es también la falla estructural de Toro y Moi, que en Underneath the Pine no se reflejaba tanto como en su más reciente producción Anything in Return (2013). Esta voz es brillo dentro de sonidos de texturas complejas e interesantes; brillo que, como la del exceso de luz en el celuloide fotográfico, llega a velar los demás elementos de la imagen sonora.
En Anything in Return se puede encontrar a un artista que, con el tiempo, ha tomado confianza para cantar y reflejar en sus letras las diversas problemáticas de su existencia. No obstante, dicha confianza se ha convertido en una sobreexposición vocal que por momentos se torna insoportable. No creo que sea abusivo afirmar que son pocos los momentos en este disco
Reseña