veredes, arquitectura y divulgación VADo2 Los Prototipos | Page 78

VAD. 02 | Diciembre 2019 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 25 “[…] El que produzcamos bienes y los medios a través de cómo los producimos nada dice espiritual- mente. Si construimos alto o bajo, con acero o con cristal, dice nada sobre el valor de esta manera de construcción [...] Debemos fijar nuevos valores y señalar las metas últimas para adquirir nuevos crite- rios. El significado y la justificación de cada época, inclusive la nueva, yacen en proveer condiciones bajo las cuales el espíritu puede existir”, menciona Mies en 1930. Cita extraída de Fritz Neumeyer, The Artless Word, apéndice III, 7. 309. ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 Diciembre 2019 | 02.VAD A reserva de buscar articular una interpretación adicional del Pabellón de Barcelona, basta con señalarlo como el momento más prototípico del minimalismo, en la carrera de Mies en particular y en el devenir de la ar- quitectura en general (Fig. 5). Razón de esto es que tras diseñar el pabellón, Mies se había hecho de los recursos arquitectónicos, conceptuales y filosóficos que cimentaron la totalidad de su obra posterior 25 . De la misma forma, al representar la autonomía de la arquitectura de manera tanto formal como programática, el Pabellón de Barcelona figura como un momento culminante del minimalismo arquitectónico. El edificio es evidencia de un desplazamiento: la evolución del minimalis- mo recorre desde los inicios de la arquitectura industrial, con el taller y la fábrica, vertidos exclusivamente hacia la producción, la optimización y la funcionalidad, hasta el Pabellón de Barcelona, que carece de toda función más allá de su recorrido, experimentación y potencial simbólico. Tal evolución fulgura el hecho de que las fuerzas del menos es más son dinámicas. La arquitectura que surge de su lógica —desde la arquitec- tura industrial hasta la de Mies—, cambia en forma y en función según sus condiciones. Sin embargo, al ser producto de un momento histórico determinado —en palabras de Mies, de una época— toda arquitectura necesariamente alude a aquello que la determina. No es que la arquitectura minimalista sea perfectamente autónoma, eté- rea y abstracta, que no represente nada que este fuera de ella, como lo podrían sugerir algunas de sus interpretaciones; todo lo contrario, única- mente representa aquello que está fuera de ella y, a través de su claridad constructiva, permite entrever las fuerzas que la impulsan. 78 27 Walter Benjamin, Obras completas I-2 (Madrid: Abada editores, 2006), 290. La virtud de la arquitectura minimalista es el hecho de que en ella, la alegoría no está distribuida de forma fragmentada en la ornamentación añadida, sino que por su propia composición formal y significado cultu- ral, alude a su época a través de la totalidad de su expresión. Entiéndase por época el resultado de las condiciones materiales (económicas, tec- nológicas, políticas, etc.) y metafísicas (filosóficas y/o religiosas, morales, valorativas, etc.). De esta forma, los distintos ejemplos de arquitectura minimalista alegori- zan inteligiblemente, lo que determina sus condiciones de posibilidad. El taller artesanal y la fábrica son alegorías de la emergente fe depositada en la técnica y de un nuevo orden social que gira en torno a la producción. Los proyectos de Ledoux y Boullée son alegorías de las consecuencias de la Ilustración y de la autonomía de un nuevo sujeto histórico. El Pabellón de Barcelona es una alegoría de la voz del espíritu de una nueva era moderna, desplegada con fuerza a lo largo de la primera mitad del siglo XX. Esto mismo sucede en los subsecuentes proyectos de Mies: sus rascacielos corporativos alegorizan, a través del uso diestro del acero y el cristal las lógicas administrativas del alto capitalismo fordista y una nueva clase burocrática, mientras que sus torres de viviendas son alegoría de las nuevas formas de habitar de una ascendiente clase media norteame- ricana. Figura 5. Fotografía que muestra la mo- dulación del mármol y de la carpintería del Pabellón Barcelona (1929) de Mies van der Rohe y Lilly Reich. Fotografía extraída de la galería del portal digital de La Fundació Mies van der Rohe del Ayuntamiento de Barcelona. Autor: Pepo Segura. Fuente: https://miesbcn. com/es/el-pabellon/imagenes/#ga- llery-18 (consulta: 20 de noviembre de 2019) 26 El concepto de alegoría es elabo- rado en este sentido por Walter Benjamin en el libro El origen del Trauerspiel alemán. Madrid: Abada editores, 2012. “La alegoría es la armadura de la modernidad” 27 , anotó Walter Benjamin. Por lo tanto, aunque sea minimalista y esté depurada de elementos su- perficiales, la arquitectura es alegórica. La alegoría entendida de esta for- ma refiere a un modo de significación específico, una continuidad meta- fórica y un sentido figurado que es ineludible 26 . A pesar de que la modernidad supone que el individuo racional puede establecer una relación inmediata con el mundo a través de su pensa- miento autónomo, el intento de referir directamente a las cosas deviene en alegoría. PABLO EMILIO AGUILAR REYES. Sobre el minimalismo: el carácter prototípico de Mies, pp. 70-81 El carácter prototípico de Mies surge del hecho de que era consciente de la condición alegórica de la arquitectura. Por lo tanto, en su práctica se esforzó por aludir con voluntad a las condiciones materiales y metafísicas que determinaban su obra. A propósito de las condiciones materiales, escribió, “La economía comienza a ser la regla, todo está a su servicio. La rentabilidad se vuelve ley. La tecnología trae consigo una actitud económica, transforma material en poder, cantidad en calidad”. 28 28 Cita extraída de Fritz Neumeyer, The Artless Word, apéndice III, 2. 304. De las condiciones metafísicas, afirmó: “La estructura de nuestra periodo es fundamentalmente diferente de aquella de épocas anteriores. Aquello aplica para los aspectos materiales y espirituales. Aunque ellos determinan nuestro traba- jo”. 29 29 Ibíd, apéndice I, 8. 249. Para el arquitecto las condicionantes metafísicas y materiales se produ- cían mutuamente de manera dialéctica 30 . A pesar de que Mies plantea lo anterior en términos abstractos, se puede ejemplificar en términos con- cretos. Las condicionantes tecnológicas y económicas del contexto histó- rico de Mies trajeron consigo las industrias de la metalurgia. En los altos hornos de las fábricas acereras, la manera más práctica y económica de fabricar, mercadear y emplear el acero fue en forma de placas, que al sol- darlas producen perfiles estructurales. Los elementos expresivos y por- tantes en la arquitectura de Mies son —entre otros— precisamente estos perfiles estructurales, correctamente colocados y sin añadiduras. PABLO EMILIO AGUILAR REYES. Sobre el minimalismo: el carácter prototípico de Mies, pp. 70-81 30 Mies escribió en sus cuadernos de 1928 sobre “la influencia de la tecnología sobre el alma”. Ibíd., apéndice II. 278. 79