veredes, arquitectura y divulgación VADo2 Los Prototipos | Page 64

VAD. 02 | Diciembre 2019 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 Diciembre 2019 | 02.VAD Al problema de la inmigración y los fenómenos del chabolismo acuciantes desde la posguerra, se une la ocupación de las cuevas como recurso de urgencia para las familias de Granada que las dos recientes riadas han dejado sin hogar. Sin embargo, los arquitectos trabajan esta vez desde supuestos ajenos a estos problemas de emergencia porque las condicio- nes naturales de la promoción elevan el nivel sociológico de la población y demandan esfuerzos particulares de urbanización 20 . Éste es el principal criterio que impulsa el proyecto. Figura 5b. Colonia Juan XXIII, Madrid. Hogar y Arquitectura 68 (1967): 27, 30. 20 “Hemos creído que, dadas las características de los promotores y del solar del que disponemos, no debemos plantear un poblado de urgencia, sino un núcleo de habi- tación económico, que sirva para resolver el problema de vivienda de una gente que ha superado ya lo anterior”. Ibídem. La finca era un terreno de labor de forma almendrada en dirección es- te-oeste situada a dos kilómetros de la ciudad hacia Sierra Nevada. Sobre la escarpada margen izquierda del río, repoblada de pinos y olivar, pre- ocupa la línea de cornisa y la silueta que dibujará la nueva ciudad vista desde la distancia, así como el comportamiento de un núcleo subsidiario de Granada con las implicaciones que esta proximidad pudiera imponer a sus habitantes. 16 Luis Fernández-Galiano, Justo Fernández-Trapa de Isasi y An- tonio Lopera Arazola, “Idea de Urbanismo: ciudad y poblados”, en La quimera moderna. Los poblados dirigidos de Madrid en la arquitectura de los 50 (Madrid: Herman Blume, 1989): 102-116. 17 Firman el proyecto también Lucas Espinosa, Francisco Cabrera, Luis Crespi y Arturo Weber. http://fer- nandohigueras.org/poblado-hor- taleza (acceso el 20 de noviembre de 2019). 18 Como referencias, la filiación brutalista de las segovianas Fábrica de Embutidos de 1963, de Francis- co de Inza y la Unidad Vecinal El Taray de 1962-64, de José Joaquín Aracil (1962/64). El texto de José Antonio Coderch para el Team X se publica acompañado de comenta- rios de Luis Moya, Alfonso López Quintas, Juan Ramírez de Lucas y el mismo Inza: “No son genios lo que necesitamos ahora”, Arquitectura 38 (1962): 21-26. 19 “Su forma y situación respecto al río Genil es muy semejante a la que tiene la Alhambra respecto al Darro”, Memoria “Plan parcial de ordenación de la finca ´El Serrallo´. Granada”, Hogar y Arquitectura 59 (1965): 45. 64 Tanto en Loyola como en Juan XXIII la mirada a los espacios comunes introduce una nueva identidad frente a las promociones anteriores que habían concentrado esfuerzos en la medida y programa de la célula ha- bitacional, con agrupaciones en sencillos bloques lineales y espacios in- tersticiales admirablemente resueltos, pero básicamente residuales en términos urbanos. La nueva puesta en valor de peatonal y rodado, o de llenos y vacíos, intro- duce unas propuestas más articuladas donde las necesidades familiares se amplían en los espacios del común. Volúmenes, soportales y terrazas incrementan sus matices, así como ciertas licencias constructivas orna- mentales sitúan la arquitectura española en conexión con el racionalis- mo europeo de tercera generación 16 . Seguramente el caso paradigmático fuera la Unidad Vecinal de Absorción en Hortaleza, de Fernando Higueras y Antonio Miró, que se gestaba a la vez. De nuevo un proyecto muy acelerado que tuvo relevancia al ser selec- cionado por Louis Kahn y Le Corbusier como el más humano de los pre- sentados en el décimo congreso de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) en Buenos Aires 17 . Ordenación de la finca “El Serrallo” en Granada La intervención en el área denominada El Serrallo, cerca de la ciudad de Granada, es consecuencia de los proyectos del grupo del HE de la década anterior, y de la capacidad que va impregnando el nuevo planeamiento para interactuar con los procesos sociales y poner en cuestión los están- dares y los postulados del Movimiento Moderno. Cuando el HE tramita el encargo, resonaban las ideas que habían cerrado el ciclo CIAM y se for- mulaban temas como Re-identificación urbana, Brutalismo y el Corazón de la Ciudad 18 . Dos argumentos sustentan el proyecto de Granada: el sitio y la gente 19 . La estructura del asentamiento viene dictada por la interpretación de la topografía con el atento trabajo sobre territorio, infraestructuras y vege- tación a partir de las preexistencias. EVA HURTADO TORÁN. Entre viviendas. “Costa Rica” y “El Serrallo”, dos prototipos vecinales en evolución, pp. 58-69 Para evitar que se convierta en un suburbio excesivamente aislado, se busca que la relación simbólica con el centro exterior se produzca con fluidez mediante la prolongación de algunos servicios administrativos y municipales desde la capital al nuevo barrio. Se controla la estructura de la colonia a partir del trazado regulador con tres elementos principales: la línea de cumbrera, las bancadas en pen- diente transversal y el borde inferior que envuelve las anteriores. Sobre la cumbre se desarrolla la vía principal con el centro cívico como núcleo ver- tebrador que es la plaza donde se concentra el transporte público para el movimiento diario de la población, además de la iglesia y el comercio. Las ramificaciones del viario con accesos controlados aseguran que 45 metros sea la máxima distancia peatonal desde la entrada del bloque hasta el aparcamiento: el futuro motorizado es ya componente ineludible en el proyecto. La estructura primaria ramificada respecto del eje da lugar a un sistema de organización lineal con unidades de habitación paralelas y horizontales de hasta 200 viviendas 21 . Arropando la ordenación y dotándola de polos de actividad en las terra- zas extremas, se sigue el criterio de descentralización del barrio desperdi- gando las edificaciones comunitarias por todo el entramado habitacional. El asunto dotacional es un indicador de la evolución de las colonias, desde unos equipamientos elementales en los primeros poblados, que escasa y tardíamente cubrían las necesidades de escolarización y economato, hasta las propuestas comprometidas globalmente con la autonomía es- piritual y material del asentamiento 22 . 21 Las unidades de habitación de 300 a 400 viviendas de Le Corbusier están construidas desde hace más de una década y los dos bloques de la Urbanización del Río Manzana- res de 300 viviendas cada uno, y el de Calero que se construye con 140 viviendas, se desarrollan en el entorno de las 13 plantas de altura. El sistema articulado de Granada, jerarquizado en circulaciones y contro- lado a través de la unidad repetible, explica casos muy posteriores. 22 Eva Hurtado Torán, “La Boa y el Elefante. Sobre los equipamientos de los barrios”, en 100 Años de historia de la intervención pública en la vivienda y la ciudad, editado por Carlos Sambricio Rivera-Echega- ray y Ricardo Sánchez Lampreave (Madrid: AVS 2008): 172-189. En las supermanzanas de Palomeras en el sureste de Madrid, Romany, Ferrán y Navazo construyen una agrupación, para el mismo número de familias previstas en El Serrallo, a partir de un módulo estricto para todo el barrio; y en San Blas 23 y otras, las estrategias de proyecto desarrollan sistemas capaces de reaccionar al crecimiento extensivo durante las dé- cadas siguientes. 23 Ramón López de Lucio, “De la manzana cerrada al bloque abier- to”, en Un siglo de vivienda social (1903-2003), Tomo II, editado por Carlos Sambricio Rivera-Echegaray (Madrid: Ministerio de Fomento/ Nerea 2003): 161-166. EVA HURTADO TORÁN. Entre viviendas. “Costa Rica” y “El Serrallo”, dos prototipos vecinales en evolución, pp. 58-69 65