veredes, arquitectura y divulgación VADo1 Los Inicios | Page 115
ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 | Junio 2019 | 01.VAD
Para Federico Soriano el inicio tiene que ver con un momento de lucidez
comparable a la explosión del corcho de la botella de champán 1 , que sur-
ge como una fuerza inesperada, toma presencia y provoca el arranque
del proyecto.
Probablemente habrá un amplio consenso en representar el inicio del
proceso del trabajo arquitectónico con la imagen del corcho, quedando
por clarificar qué es lo que lo provoca, es decir, qué enciende la chispa
del corcho. La magia y el interés de la chispa consiste justamente en la
falta de trazabilidad del proceso que lo constituye, en la imprecisión de
los aspectos que generan y empujan al florecimiento del fenómeno, en la
dificultad para explicitar qué es y cómo se produce, y por tanto el desco-
nocimiento del proceso constitutivo del inicio del proyecto.
Podemos aventurarnos a conjeturar sobre el mismo, pero será siempre
un intento de acercamiento, aproximación y rodeo a los factores que
afectan en los órdenes internos y estructura del proceso.
1 “El proyecto nace en ese instante
en que algo —un tapón de cham-
paña— inoportuno, nos impone
agacharnos y recogerlo con la
mano. Podemos repasar los pasos
lógicos para desarrollar el proyec-
to, estudiar las condiciones que
debemos cumplir, pero nosotros
pensamos en el corcho. No se
corresponde con nada del lugar, del
programa, de la moda, de nuestras
preferencias generales. Es una pie-
za o interferencia ajena, de alguna
forma ligada, en principio aparen-
temente extraña, al problema. En
esos momentos iniciales adquiere
además un tamaño desproporcio-
nado”. Federico Soriano, «Corchos
inoportunos», El Croquis, 96-97
(1999) 84-89.
Figura 2. Termas de Vals, Peter Zum-
thor (1996). Autorización CC BY ND
2.0. Autor: Ckeech.
La eclosión de clarividencia de la chispa es tal que escapa a las lógicas y
razonamientos del consciente, de ahí que en las explicaciones sobre el
proceso de creación se haya aludido y abusado en demasía a las propie-
dades del “genio” o de la “divinidad” para comprender qué hace aflorar
este “algo”, que tanto tiene que ver con el inicio del proyecto.
Esta mención a una entidad superior e inalcanzable —cualidad agraciada
solo para unos pocos— pone de relieve el carácter extraordinario del mis-
mo —no asimilable a otras facultades— y la necesidad humana de apor-
tar explicaciones y razonamientos sobre lo que acontece en el proceso
creativo, cuando lo hermoso y fascinante de la chispa reside en lo azaro-
so, fortuito, inesperado, instintivo, incontrolado, orgánico de su esencia.
Todas estas características son aspectos que la supremacía de la funcio-
nalidad y la universalidad del proyecto de la modernidad ha pretendido
borrar y hacer desaparecer del proyecto de arquitectura.
La chispa del corcho es única e irrepetible, pero más allá de la subjetiva-
ción que garantiza para la construcción del espacio, pone de relieve el
hecho de que todo proyecto de arquitectura tiene intrínseco —ya que
forma parte del proceso iniciático— una narrativa compuesta de pensa-
miento, imaginación e intuición que confluyen y vehiculan el momento
del corcho.
ULA IRURETAGOIENA BUSTURIA. La chispa del corcho pp. 114-116
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