veredes, arquitectura y divulgación VADo1 Los Inicios | Page 105

ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198 | Junio 2019 | 01.VAD Moriyama-San (2017), o el origen del espacio Moriyama-San (2017), or the origin of space Guillem Carabí-Bescós Universitat Internacional de Catalunya. Doctor Arquitecto por Universitat Internacional de Catalunya, UIC El azar permite un encuentro entre Ila Bêka y Moriyama-San, japonés lo- cal —nunca ha salido de Tokyo—, lector compulsivo y amante de la noise music. Hablan de música y Bêka le sugiere pasar una semana en su casa. La casa (2002-2005) —diseñada por Ryue Nishizawa, arquitecto por de- recho propio y socio a horas de Kazuyo Sejima— es un conjunto de diez volúmenes blancos de distintas alturas y dimensiones, situados sobre un solar rectangular. Los espacios intersticiales configuran jardines interiores. Cada volumen, independiente, permite al usuario decidir qué hacer en cada uno de ellos: disponer de distintos estares, de diversas habitaciones, o de otros tantos comedores según la época del año, el ánimo o las circunstancias. En cua- tro de esos volúmenes vive Moriyama-San. Para pagar la hipoteca alquila el resto de volúmenes. Inicio. Un sótano. Perspectiva frontal. En el fondo de la habitación un equipo de música. A un lado cientos de videos dispuestos en columnas bien alinea- das. Al otro, cientos de libros dispuestos en columnas bien alineadas. La imagen la preside una drop chair, de SANAA, simétricamente flanquea- da por un vaso de cerveza y un libro. Moriyama-San busca en el equipo de música hasta encontrar la pieza deseada. Va descalzo, pantalón azul y camiseta blanca. Tras unos segundos suena una pieza de Otomo Yoshihide. Noise music. Moriyama-San se sienta, bebe un trago de cerveza, la deposita de nuevo en el suelo y mira a la cámara, con la vista perdida, intentando adoptar la mejor postura. Moriyama-San es lo único que se mueve en el plano fijo de la cámara. Más tarde sabremos que le gusta escuchar a Otomo, tirado en el suelo y casi sin luz. Más planos fijos presentan el lugar. Un conjunto de diez volúmenes blan- cos de distintas alturas y dimensiones, situados sobre un solar rectangu- lar. Entre ellos, los espacios intersticiales configuran jardines interiores. En esta ocasión lo único que se mueve es la naturaleza: hojas, árboles, plantas. No es difícil intuir el mensaje. Moriyama-San es como la natu- raleza. Se mueve a su aire. Y así va a transcurrir el resto de filmación, al aire de los movimientos cotidianos de Moriyama-San. Susurros, lecturas, silencios, sonrisas y afectos. Sin guión. Ya no habrá más planos fijos en toda la filmación. GUILLEM CARABÍ-BESCÓS. Moriyama-San (2017), o el origen del espacio pp. 105-107 105