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¿Y si no hubiera ética? ¿Qué haríamos si todo estuviera permitido? ¿No nos pasaría que si todo diera igual, la vida se nos desintegraría y sólo tendríamos proyectos circunstanciales? Si todo da igual, o no pensamos nada o mejor nos perdemos en el anonimato de la masa.
Pero la ética y la moral, siguen cuestionando la vida de los hombres. Y eso es bueno. Hay personas y grupos que llegan a decir que los hombres seríamos más felices si no hubiera normas morales, creer que todo da lo mismo, que no hay normas ni valores, que hay que funcionar exclusivamente desde nuestros deseos.
Somos presos de nuestra propia moral Es una guerra permanente la que subyace en nuestro interior; los protagonistas son siempre los mismos: la moral y el deseo Hacer siempre lo correcto es violar una norma natural. . La norma que implica que somos imperfectos La moral del hombre es siempre acomodaticia. Una de las perdiciones del hombre civilizado es la traición que él hace a la espontaneidad cambiándola por la uniformidad La inteligencia fracasa donde el dogma impera Nuestra moral es la excusa perfecta para forjar libertadores de conciencia.