La cruz de Cristo y su sacrificio son las
únicas cosas para purificar los elementos, para transformar al ser humano y
para vencer realmente el mal. La victoria sobre el mal se está desarrollando
hoy, en los comienzos de la era atómica, en el gran campo creado por los dos
polos.
cia de la vida y de la muerte.
Como poderosas marcas visibles de
estos dos polos podemos pensar en la
obra de Teresa de Ávila y de los que,
con su sangre derramada en las cárceles y en los campos de concentración
del Este y de Asia y de otras partes del
mundo, fueron, y lo siguen siendo en la
actualidad, fuerzas vitales del cristianismo.
Una vez conocida la triste noticia, como editor, y en nombre de todo el equipo de voluntarios que hace posible esta publicación, envié nuestras más sinceras condolencias a
toda la familia, junto con nuestro reconocimiento y agradecimiento por haber tenido el
privilegio de contar con la colaboración regular de D. Antonio Correa Domínguez. Y en
respuesta su hija Dñª. Adela Correa Salmerón envió el siguiente mensaje:
Nota del editor: Pocos días después de que
nos llegara este artículo, recibí el siguiente
mensaje:
“Sr. Rufián:
Me dirijo a usted, para informarle de
que el artículo de mi padre, Antonio Correa Domínguez, titulado "El misterio de
la Cruz" será el último que le envíe…
porque lamentablemente, desde el 11
de junio pasado... no está con nosotros.
Tras una vida ejemplar y plena...
Dios lo ha llamado a su lado, y a pesar
del dolor que sentimos por su ausencia
física, nuestra madre, su amada esposa, sus cuatro hijos, sus nietos, sus hijos
políticos, resto de la familia y amigos...
sabemos que un día nos reencontraremos con él.
Le doy las gracias por haber permitido que, a través de su revista, Verdad y
Vida, mi padre haya podido expresar y
transmitir, durante años, sus conocimientos, sus valores y la transcenden30
Con todo el dolor de una hija que se
siente huérfana a pesar de la edad, pero la alegría de tenerlo como padre, me
despido de usted desde la más absoluta
gratitud.
Atentamente, Adela Correa Salmerón”.
“Sr. Rufián:
Todos los miembros de la familia Correa-Salmerón y allegados agradecemos sus sinceras condolencias, las de
su esposa y del resto del equipo de Verdad y Vida, por el fallecimiento de mi
querido padre.
Saber que fue merecedor del respeto... de todos quienes lo conocieron en
vida... nos llena de satisfacción, pero tener la certeza de que ahora, tras su ida
de este mundo continúa en nuestros corazones y en nuestras oraciones es el
bálsamo que necesitamos.
Damos gracias a Dios por habérselo
llevado sin sufrimiento y con el pleno
amor de los suyos. Y a él le pedimos en
nuestras oraciones, que nos ayude a
soportar su ausencia física y a continuar
su legado con la dignidad que él nos
enseñó.
Reciba un grato y sincero abrazo,
Adela Correa Salmerón”.
Verdad y Vida Octubre – Diciembre 2016
www.comuniondelagracia.es