Verdad y Vida Mayo/Junio 2017 | Page 9

en Roma. Para conseguirlos agobió a los Estados Pontificios con tributos es- peciales y recaudaciones extraordina- rias. Pero no siendo suficientes esas medidas fiscales, el papa echó mano del socorrido recurso de la venta de in- dulgencias. Así el 31 de marzo de 1515 publicó una bula en la que solicitaba los donati- vos de los fieles cristianos para la obra de la basílica. A pesar de que su vida particular privada dicen que era muy comedida, la ostentación de su corte llena de opulencia y desenfreno fue, de forma indirecta, responsable también del movimiento reformador. Las bulas son aprovechadas El dominico Juan Tetzel no perdió la oportunidad de la bula promulgada por el papa León X, y en 1517 inició en Alemania la predicación y venta de las indulgencia de forma escandalosa y con todo tipo de abusos, especialmente aprovechando que la mayoría de las personas eran analfabetas. Los abusos y el tráfico económico al que condujeron fueron el motivo principal que llevó a Martín Lucero a enfrentarse al papado. Un ejemplo de esos desmanes fue que, al mismo tiempo que las pingües ga- nancias procedentes de la venta de in- dulgencias sirvieron para ayudar a pa- gar las obras de la basílica, el cardenal Alberto de Brandeburgo, desvió una buena parte de las mismas a saldar sus deudas personales contraídas precisa- mente para alcanzar su cardenalato. para que estuviera listo el escenario en el que se llevó a cabo la Reforma. Has- ta que Johannes Gutenberg, alrededor de 1440 inventa la imprenta, la Biblia es- tuvo al alcance de muy pocas personas, ya que un copista necesitaba todo un año para copiarla a mano. Solo el clero y los nobles ricos tenían acceso a ella. Además la inmensa mayoría del pueblo era iletrado y no entendía el latín, len- gua en la que estaba escrita la Biblia la- tina, La Vulgata, única versión y lengua aprobada por la Iglesia Católica enton- ces. Y aquellos que se atrevían a tradu- cirla a las lenguas vulgares, las que hablaba y entendía el pueblo, eran per- seguidos y, en la mayoría de los casos, quemados en la hoguera. Johanes Gutenberg Tenemos que regresar más de medio siglo antes para considerar algo que fue también un factor muy importante Por ejemplo, en 1338 John Wycliffe teó- logo de Oxford, Inglaterra, tradujo al in- glés la versión latina, La Vulgata, de la Biblia. Toda copiada a mano. Como no sabía griego ni hebreo no pudo cotejarla con los manuscritos y códices originales www.comuniondelagracia.es Verdad y Vida Mayo - Junio 2017 La invención de la imprenta 9