santería y espiritismo están por todas
partes en expansión, así como las reli-
giones y filosofías orientales, la medita-
ción transcendental, etc.
Dios creó al ser humano con un pro-
pósito trascendente y para que gozara
de una relación personal con su Crea-
dor. Cuando no encuentra el camino pa-
ra satisfacer esas necesidades, o se
niega a reconocerlo, las llena con toda
clase de sucedáneos. Y una aparente
ventaja que tienen esos sucedáneos es
que dan la impresión de que pueden ser
controlados por uno mismo y no requie-
ren un compromiso personal. Esa es
una poderosa razón de su atractivo.
Una vez leí una frase que captó mi
atención: “Creer es comprometerse”. No
creer significa no estar ligado a un códi-
go moral de conducta. Los cristianos, en
cambio, están ligados al gran manda-
miento: amar a Dios sobre todas las co-
sas y al prójimo como a uno mismo. Pe-
ro la realidad es más profunda aún, los
cristianos estamos comprometidos, in-
cluso si usamos el lenguaje bíblico, es-
tamos casados con Jesucristo. En una
sociedad cada día más individualista,
hedonista y egoísta no es de extrañar
que cada nueva estadística nos mues-
tre que son más los españoles que se
declaran ateos o agnósticos; sin com-
promiso alguno con algo que no sea
ellos mismos.
Incluso entre los que se declaran
creyentes, hay un buen número en los
que el pasotismo, la indiferencia y la
apatía aniquilan su fe y la hace impro-
ductiva. Jesucristo los identificó en la
parábola del sembrador con la semilla
que cae entre los espinos: “Un sembra-
dor salió a sembrar. Al esparcir la semi-
www.comuniondelagracia.es
lla…Otra parte cayó entre espinos que,
al crecer junto con la semilla, la ahoga-
ron…”. Y Jesús después les explica a
los discípulos, y a cada uno de noso-
tros, el significado de la parábola para
que no nos quede duda: “La parte que
cayó entre espinos son los que oyen,
pero, con el correr del tiempo, los aho-
gan las preocupaciones, las riquezas y
los placeres de esta vida, y no madu-
ran” (Lucas 8:1-15).
El compromiso de la Comunión In-
ternacional de la Gracia, cuyo lema es
“Viviendo y compartiendo el evangelio”,
que es la que produce y ha venido fi-
nanciando mayoritariamente Verdad y
Vida, creo que ha quedado innegable-
mente demostrado durante los veintiún
años que ha estado enviando la revista
sin precio de subscripción a todo aquel
que la ha solicitado, entre los cuales os
encontráis cada uno de vosotros que
habéis recibido este ejemplar. Pero no
podremos seguir haciéndolo durante
mucho más tiempo sin el compromiso
de cada uno de vosotros. Nosotros es-
tamos comprometidos con la comisión
que Jesús nos dejó a todos los cristia-
nos. ¿Lo estás tú?
El gran predicador inglés, Charles
Spurgeon dijo: “La forma de hacer mu-
chas cosas es mantenerse haciendo un
poco. La forma de no hacer nada es es-
tar continuamente diciendo que lo harás
todo”.
Los cristianos necesitamos que nos
despertemos del complaciente letargo al
que nos ha sometido esta sociedad re-
lativista y mostremos nuestro compro-
miso con Aquel y con aquello que con-
fesamos creer, porque creer ciertamen-
te es comprometerse.
Verdad y Vida Julio - Septiembre 2017
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