V amos, amiga, a sentarnos al murallón
a mirar la crecida.
Pasan los barcos chinos
cerca de la costa
mientras los buques se alejan
en este día ventoso y sin nubes.
Se ve el fosforito de Ensenada
y jugamos a hacer que está cerca
y que prendemos un cigarrillo con él.
Nos salpica un poco el agua contaminada
del Río de la Plata
reímos, buscamos fósiles
seguimos riendo
y los chicos del barrio bajan las escaleras de piedra
para nadar lejos de los hombres.
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