Un día salome visitando a su gran amigo vio caer un hermosa y muy blanca flor de
la parte más alta de su amigo el árbol, ella sin pensarlo la alzo del pasto y la llevo
corriendo a su madre, pero al llegar se encontró con su abuelo llorando
amargadamente, y tomado de la mano de su hija quien acababa de morir, pero
Salome en su inocencia le dijo a su abuelo que no llorara que su madre pronto se
recuperaría, pero su abuelo la tomo entre sus brazos, la sentó en sus piernas y le
dijo con voz muy dolida:
- Mi pequeña Salome, tú madre no volverá abrir sus ojos -,
Salome voltio a ver su hermosa flor que aun sostenía en su mano, pidió a su abuelo
estar cerca de su madre y poder ponerle en sus manos su blanca flor, después de
unos minutos corrió a abrazar a Rex y llorar del dolor al saber que su madre había
muerto; con sus ojos llenos de lágrimas le contó lo sucedido a su amigo.
Su abuelo se acercó donde Salome se encontraba, y le pregunto ¿qué quién le
había dado esa hermosa flor?, y salome respondió sollozando que su amigo Rex la
había dejado caer minutos antes de ella saber que su madre había muerto, pero su
abuelo le respondió que esa era una señal anunciando la muerte de su madre y
mostrándole las cosas que vendrían para su vida; su abuelo tomo una hoja que
Salome tenía en su mano y después de unos minutos su abuelo abrió la mano y
dejo que el viento se llevara la hoja, y dijo a su nieta:
–tienes que ser fuerte y saber superar esto que te acaba de suceder, yo sé que no
es nada fácil, pero te prometo que sola no estarás-.
La tomo de la mano, y en el camino Salome pregunto a su abuelo:
-¿tardaras mucho para que hagas sanar mis heridas, y en especial esta que mi
madre me acaba de hacer?-,
Su abuelo no supo que responder, y para cambiar la conversación le dijo a salome:
- Le haremos un entierro a tu madre muy hermoso, como ella se lo merece-, al día
siguiente su abuelo ordeno a Salome que recogiera todas sus cosas, pues
abandonaría completamente su casa en la vereda e iría a vivir al pueblo con su
abuelo, Salome al ver que sería separada de Rex dijo que ella no se separaría de su
gran amigo, que para ella era como si fuera su padre, después de un rato de
discusión con su abuelo, él decidió dejarla y se marchó; Salome se quedó con Rex
el gran árbol, el bello y hermoso árbol quien estaba cambiando, cada día se
convertía más en su confidente, mejor y único amigo, quienes pasaron tres años
juntos.
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