EDUARDO JOSE ALVARADO GARCES
H
abía una vez un arbolito llamado Mateo, él fue plantado por los
estudiantes del colegio Veintiún Ángeles en la zona verde, desde que él
fue plantado ha florecido mucho; el día que lo plantamos fue muy
divertido ya que hubo mucha intriga con todos los cursos del colegio, además
aprendimos ¿cómo y a dónde plantar un árbol?, ¿cuánto puede crecer y que
echarle para su crecimiento?.
Ese día vinieron muchas personas del jardín botánico de Bogotá, que también nos
ayudaron a plantar los árboles, ellos nos
dieron recomendaciones y precauciones
para los árboles, me gustó mucho
compartir con mis compañeros de otros
cursos; tuve mucho miedo cuando
estaba sembrando a “Mateo” porque
pensé que le podía dañar una raíz, pero
al final lo plante, ahora nos turnamos y
le echamos agua cuando no llueve.
El arbolito “Mateo” está muy feliz con
nuestro cuidado, ha crecido un poco más que antes, le tuvimos que poner unos
palos para que el árbol no se torciera. Nos tomaron muchas fotos y las subieron al
Facebook.
Haber sembrado a mi arbolito “Mateo” fue una experiencia muy bonita, porque
pudimos conocer mejor a nuestros compañeros y profesores, el árbol que yo
sembré me dijeron que era un árbol peruano. La parte que no me gusto fue la de
tener que ir a buscar agua, porque me mojaron.
FIN.
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