Vecindad # 7 | Page 5

vecindad Los escombros de mi pasado Recuerdo a mi padre cruzando el pantano y la angustia en los ojos de mi madre. Ya son tantos años que llevamos puestos en los que se salva nuestra ausencia, en los que el único atuendo que nos queda es el de la nostalgia, el de la existencia, el que nos llena de barro los zapatos de dos tierras lejanas y nos queda la melancolía escrita entre el atlántico y el mediterráneo. Sigo cargando los escombros de mi pasado, volteando por la misma esquina y mirando de reojo puertas de cedro mojado. Siento la fatiga de la voz en tan poco tiempo, siento como se seca el agua de la boca, se amontona la cafeína, el tabaco y licor en mis entrañas. Los segundos carcomen de a poco mi pecho, no recuerdo qué es respirar profundo, el oxígeno de la sabana entra entrecortado; entonces los suspiros se hacen más lejanos. Intento sentarme en la orilla de los pies de mis hermanos, Imagino sus morrales mojados de nieve sobre mis hombros, es la esquizofrenia de la ádistancia cuando los veo caminar frente a mí y de rodillas voy dibujando sus huellas. En el asfalto mojado veo los ojos verdes de mis abuelos, sus manos arrugadas me tocan cuando cae la lluvia y que el tiempo seca como la piel sobre sus huesos. Ya no están sus ojos, se olvidaron de esta tierra, emanciparon junto con su piel, quedan las vértebras intactas y su aliento refundido en el viento. ¿Cómo soportar la nada de este todo con mi oído en la orilla en una canción de rock?, ¿entonces para qué poema y estribillos rebuscados?, ¿será mejor vivir la insignificancia de los pecados y contemplar como brotan los rosales?, ¿acaso eso es lo que evoca la calma?, ¿será acaso que los dioses se conjugaron hasta mis ancestros y el destino se ahoga con mis años? La grieta no se hace más grande ahora que camino sobre ella porque siempre ha estado ahí, es mi sosiego, ella es ociosa y la repudio cuando la siento cerca, es enfermiza, contagiosa como los escritos de Pessoa, Yo cargo los escombros de mi pasado, quizás hasta que Charly y Fito no suenen más , hasta olvidar la angustia en los ojos de mi madre, el barro de los zapatos de mi padre, cuando deje de dibujar las huellas de mis hermanos y no vea más los ojos de mis abuelos en el agua. Así la memoria me desgaste con el pasado, me cuesta soltar los escombros. Wilmar Mar tínez 5