calles y regresar a la casa. De vuelta a su cuarto, dijo a Valerie: - Nada temas hermanita, y duerme tranquila, Dios no nos abandonará - y se acosto de nuevo.
A primeras luces del día, antes aún de que saliera el sol, la mujer fue a llamar a los niños: -¡Vamos holgazanes, levantense! Hemos de ir a una casa a buscar mi anillo d oro.- Y dando a cada uno un pedacito de pan, les advirtió: -Ahí tienen esto para medio día, pero no se lo coman antes, pues no les daré más. - Y así emprendieron el camino a la casa. A cuando de un rato de andar en el carro, Freddy se quedaba mirando para atrás anotando las calles en su libreta.
Cuando llegaron a la casa, dijo el padre -Busquen el anillo de su madre-. azotó la puerta y Freddy y Valerie emprendieron la busqueda juntos. A cabo de unas horas de no encintraro, salieron de la casa y pidieron un taxi y regresaron a la casa usando sus calles anotadas. Al llegar a su casa llamaron a la puerta y les