Son los olores, las luces, la música y la cantidad de botellas
que te llama la atención del Trappist, al pasar por la calle de
Álvaro Obregón, no puedes evitar voltear a ver el bar, tienen
una cantidad de cervezas impactantes, aproximadamente unas
700, unas repetidas, unas que has escuchado y otras que nunc
habías visto, el espacio es mediano, cuenta con unas 7 mesas
adornadas con una vela dentro de un envase de una cerveza, se
encuentra lleno, sólo hay unos dos asientos en la barra.
Al entrar te percatas que los meseros te tratan con si te co-
nocieran, te instruyen sí no tienes idea de que es lo que se te
antoja y te invitan a conocer una de sus muchas cervezas que
tienen en el catálogo.
“Cada quien tiene su estilo y cada quien
tiene su esencia, y eso es bueno porque
nos ayuda a crear los lazos y no pelearnos
por el mercado, porque cada quién
tiene un target en mente.”
Carlos Santo, Gerente de Trappist
El futuro del negocio se encuentra en las manos de los consu-
midores que día a día se vuelven más exigentes y curiosos, en
los bares que optan por promocionar este servicio y amplifican
el mercado “cada quien tiene su estilo y cada quien tiene su
esencia, y eso es bueno porque nos ayuda a crear los lazos y no
pelearnos por el mercado, porque cada quién tiene un target
en mente” menciona Carlos Santos el gerente del Trappist,
Gilbert Nielsen menciona que el mercado va seguir creciendo,
pero que falta mucho para que se estabilice “Somos 170 mi-
llones de personas en México y si dividimos en 20 mil, deberían
existir 7500 cervecerías, para dar abasto a los consumidores,
pero no creo que esto se estabilice hasta que lleguemos a 2000
cervecerías independiente”. Entonces el challenge de todas
las Casas Cerveceras Mexicanas es que se conviertan en el San-
to Grial que ponga a México como un productor mundial de
cerveza, orgullo mexicano, que México sea como Bélgica, Ale-
mania, que tengamos un renombre.