Decirte que te amo se me queda pequeño, alguien debería inventar nuevas palabras para definir mis sentimientos de entrega, de devoción, de admiración, de necesitarte cada segundo. Eso siento y más. Te digo que te amo, pero ya lo sabes, quizás de tanto repetírtelo se desvirtúan las palabras, pero no, cada vez que te lo digo es porque mi amor por ti ha aumentado. Quiero que lo sepas, no te amo en pasado, no te amo en presente, ni te amo en futuro, es un amor sin tiempo, tampoco tiene distancias, es simplemente amor puro, cargado de ilusiones, lleno de promesas que no deben cumplirse porque ya se cumplieron todas al conocerte. Te amo, como dos palabras que forman una sonrisa en tus labios, como dos cielos llenos de colores reflejados en tus ojos, como dos palabras infinitas que no deben dejar de sentirse. Amarte en realidad es un premio, desconozco si te merezco, al menos lucho por merecerte, pero es un premio, es un regalo que cualquier persona debería recibir, pero que sólo tengo yo. Por dejarme amarte te doy las gracias y te ofrezco mil años de amor que condenso en este beso que te entrego desde el fondo de mí mismo.
Eres mi ishta, fea e igualada, pero eres mía, muchas gracias mi bba linda por este tiempo que ha sido maravilloso para mi le pido que no cambie nada de Ud. nunca, gracias por estar aquí y gracias por ser como es conmigo, no pensé que Ud. fuera esa persona que Dios pusiera en mi camino para entender que la felicidad si existe, recuerde que LU mucho y que seguiré soñando con el día que por fin podamos estar juntos. Quiero que esto tan lindo lo multipliquemos por mas momentos en nuestras vidas, que sea no un sueño sino una realidad para ambos, que podamos vivir mil años juntos más una eternidad de amor, en las noches cuidare su sueño y en el día seré su guardián, déjeme ser su ángel y su protector, déjeme demostrarle que no solo soy casaquero sino que en realidad le voy a demostrar que es mi vida.
Fabiola rojas guzman
Ella podía darse el gusto de decir los lunes eran sus días libres. Solo un par de horas de clase, y luego tenía todo el tiempo del mundo para hacer lo que quisiera. Lo que siempre le apetecía, era pasear por los terrenos del castillo. El aire puro del exterior era el oxígeno que necesitaba para vivir. Literalmente. Sin aire no podría vivir. Entonces no podría caminar, ni estudiar, nada de lo que implicaba vivir. Pero para Faby era mucho más que eso, por si eso ya no era lo suficientemente importante.