VAD. 03 | Junio 2020 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198
El ejemplo más sencillo de estructura disipativa que se puede
poner, un poco por analogía, es la ciudad. Una ciudad es distinta
del campo que la rodea. La raíz de esta individuación son las
relaciones que establece con el campo colindante. Si se suprimieran
esas relaciones la ciudad desaparecería. 20
20 Ilya Prigogine, Las leyes del caos
(Barcelona: Critica, 2016), 28.
Aplicando la variable tiempo, a la estructura original de orden en un sistema,
podemos afirmar que este puede llegar a ser caótico, pero no necesariamente
complejo, ya que la complejidad requiere una necesaria
mecánica de interacción e interdependencia de sus partes.
Esta diferenciación terminológica es clave para no caer en tópicos recurrentes,
respecto a la asociación de complejidad con lo intrincado, o a la
otra clásica relación de caos con ausencia de orden.
La comprensión del caos, en relación a la complejidad de un sistema, requiere
entender el fenómeno en una doble dimensión de observación;
caos-espacio y caos-tiempo. El caos en el espacio representa una determinante
que genera fractales.
Un fractal es una figura geométrica que no se hace más simple al
analizarla en partes cada vez menores. 21
21 Michel Baranger, “Chaos, Complexity,
and Entropy: A physics talk
for non-physicists”, New England
Complex Systems Institute (April,
2000): 4.
Ejemplos sencillos de fractales son el conjunto de Cantor, y el triángulo
de Sierpinski. Fractales autosimilares que, al observarse en escalas reducidas,
siempre presentan la misma estructura original, reproducida de
manera invariable; constituyendo así una mecánica evolutiva predecible,
propia de los sistemas lineales o de los sistemas que tienden al equilibrio
en su proceso de evolución.
Figura 5. (Izquierda) “Detectando
haces o fajos de trayectoria” (National
Geographic, marzo, 1978); (Centro)
“Estructuras rizomáticas de bróquiles
y magnolias” (Benoît Mandelbrot,
La geometría fractal de la naturaleza,
Barcelona: Tusquets, 1997); (Derecha)
“Estructura rizomática fractal recursiva
con la de la mayoría de estructuras
urbanas” (Benoît Mandelbrot, Los
objetos fractales, Barcelona: Tusquets,
1987). Fuente: Manuel Gausa. Open:
espacio, tiempo, información. Arquitectura,
vivienda y ciudad contemporánea.
Teoría e historia de un cambio (Barcelona:
Actar, 2010), 220, 309, 312.
Por el contrario, existen fractales con mayor complejidad, como el Conjunto
de Mandelbrot, el cual se vuelve cada vez más complejo en su observación
ampliada, evidenciando siempre la presencia de un factor de
azar e incertidumbre añadido en su evolución. (Fig. 5)
La ciudad, como sistema dinámico complejo, se asemeja más a este último
que los anteriores, ya que además, su estructura y evolución, involucran
el segundo binomio antes mencionado, caos-tiempo.
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FRANCISCO JAVIER PARADA PINO. Complejidad, Caos y Entropía. O cómo entender el orden evolutivo de las ciudades, pp. 28-39