VAD. 03 | Junio 2020 | ISSN 2659-9139 e-ISSN 2659-9198
Figura 5a, 5b y 5c. Joaquín del Palacio-Kindel.
Espacios urbanos y contexto
territorial de Vegaviana (1954).
Fuente: Archivo del Centro de Estudios
Agrarios (CEA). Junta de Extremadura,
Mérida.
15 José Antonio Flores Soto, “Vegaviana.
Una lección de Arquitectura”,
Cuaderno de notas 14 (2013): 31.
El espacio público en Vegaviana y su ordenación según supermanzanas,
sin un centro cívico en torno al que orbitara todo el proyecto, se aleja
del concepto que hasta entonces se tenía para la mayoría de ellos, como
plazas pavimentadas centrales, una tradición que devenía sin lugar a dudas
de la arquitectura desarrollada anteriormente bajo el paraguas de la
Dirección General de Regiones Devastadas 15 y, por tanto, de la consideración
de este espacio público como el primordial de cara a la ordenación.
Se demuestra así que Vegaviana pertenece a una estirpe de arquitecturas
dónde se exploran órdenes en los que ni el centro cívico es siempre el
espacio público protagonista, ni éste constituye el elemento más determinante
para la organización del núcleo. Esta concepción de espacio público
más abierto y difuso se traslada a la escala intermedia, a lo cotidiano y a
los pequeños lugares de ámbito casi doméstico, para penetrar en la experiencia
de la colonización agraria, en la obra de Fernández del Amo y,
por supuesto, en Vegaviana.
Supermanzanas en la dehesa extremeña
16 Estrella Saavedra Rando, “El vacío
colonizador: vivienda y espacio
público en los poblados de colonización
de Valuengo y La Bazana
de Alejandro de la Sota”, (Tesis
Doctoral, Universidad Politécnica
de Madrid, 2015), 63.
17 Miguel Centellas Soler, Los Pueblos
de Colonización de Fernández del
Amo. Arte, arquitectura y urbanismo
(Barcelona: Fundación Caja de
Arquitectos, 2010), 57.
18 Antonio Fernández Alba, “Fernández
del Amo. Arquitecturas para
una sonta de primavera”, Guadalimar:
Revista bimestral de las artes 75
(1983): 41.
Como corolario de todo lo anterior, cabe destacar que en Vegaviana, Fernández
del Amo puso en práctica muchas de las voluntades que para
otros proyectos de Pueblos de Colonización no pudo materializar durante
su andanza en el INC. Desde su primer trabajo en Torre de Salinas (1951),
Fernández del Amo constata su voluntad de alejarse de la ortodoxia colonizadora
que tenía el proyecto de José Tamés para Torre de la Reina (Sevilla)
16 , un referente canónico en cuánto a la aplicación de los postulados
iniciales del Instituto. No obstante, este tránsito hacia órdenes más experimentales
respecto del común denominador impuesto por los Servicios
Centrales del INC para los proyectos de colonización no fue, desde luego,
sencillo. En proyectos anteriores a Vegaviana como, por ejemplo, el de
San Isidro de Albatera (Alicante), Fernández del Amo recibirá constantes
revisiones a sus anteproyectos por parte de unos Servicios Centrales que
no veían con buenos ojos sus propuestas para la ordenación del núcleo 17 .
En cualquier caso, Del Amo encontrará finalmente la comprensión y tolerancia
necesarias para emprender una empresa arriesgada 18 como lo era
la propuesta para Vegaviana que, una vez materializada, convirtió a su
autor en una figura admirada dentro y fuera del INC.
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SETE ÁLVAREZ. Laboratorios del vacío. El orden no construido de José Luis Fernández del Amo en Vegaviana, pp.16-27