8
La terquedad se aúna en el viejo camino,
ecos de luz posee en su gallardía,
echaba de entre sus rastros a los cristianos,
que él no vivía de la pena,
que el odio tiene más impulso,
el silencio estaba siendo escuchado,
desde todas las esquinas,
desde la cornisa,
la ventana,
desde los poros de la tierra.
Soliloquio de ecos enarbolan su canto,
la tristeza ha perdido su color,
el indio va poblando sueños,
el desprecio de las aves vuelan juntas,
en manada,
viste de insensibilidad,
camina los parajes.
De entretanto ruego a los cielos,
dios desde su alcoba bajo,
caminó hasta sus puertas,
el camino fue indicado,
“yo no deseo compañía,
no deseo el bien ni el mal,
no vivo de tus milagros,
márchate a tu paraíso,
sal de la burbuja”
Dios tiene esquizofrenia,
el universo le duele,
este encierro se está poblando,
se expande,
se bifurca,
se hace polvo,
y respira.