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7 fortalece la moralidad; e incluye normas prácticas que rigen el accionar de los sujetos en las culturas. Por otro lado, como el mito es una narración, muchos estudiosos se han centrado en intentar comprender su estructura lingüística. El mito es por naturaleza totalizadora, abarca muchos criterios de la vida individual y cultural dando como resultado un entramado de estructuras lingüísticas superiores, ya que representan a un tiempo distinto de lo ordinario. Es así que para el antropólogo francés Claude Lévi-Strauss, el mito constituye un caso especial de uso lingüístico; es decir, está en un tercer nivel después de la narración superficial y de la estructura común del lenguaje. En el mito se descubren algunos conjuntos de relaciones que, aunque expresados en el contenido narrativo y dramático, concuerdan con el orden constante de la estructura del lenguaje superior. En su obra “El pensamiento salvaje”, Levi-Strauss plantea que, esta misma forma lingüística está presente tanto en obras científicas como en mitos primitivos. En proporción a todo ello, la puesta en escena “Mitológicas asháninkas” ha llegado inadvertidamente a confluir con los conceptos expuestos en los párrafos anteriores. Tomando como principio, la praxis y la teoría, los dos mitos asháninkas recopilados por el antropólogo Yhon León Chinchilla han sido estudiados desde su base sociológica para poder construir una narración en tres niveles del lenguaje: músical, poético y corporal. Propone una estructura lingüística que va más allá del nivel superficial; un nivel donde lo semiótico lo expresa el actor con sus poeticas linguisticas y corporales, y lo semántico (o hermeneutico) lo define el espectador.