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legalizar la creación de hospitales, clínicas y consultas privadas para que los pacientes y los profesionales de la salud tengan el derecho de escoger donde reciben la debida atención y donde ejercen su profesión. La salud será considerada, junto a la educación y la seguridad social, un derecho innegociable de todos los cubanos.
La grave crisis demográfica nacional, que amenaza con tornar al país inviable en pocos años, obliga a prestar especial atención hacia nuestros niños y ancianos: los primeros, porque carecen por completo de perspectivas de futuro; y los segundos, porque ven— ya al final de su camino— que todos sus esfuerzos en la vida han resultado vanos, y que el actual régimen sólo les garantiza una supervivencia miserable que acorta sus vidas. Hay que implementar políticas de fomento de la natalidad y apoyo a la vejez, así como estimular el retorno del capital humano forzado a emigrar por las duras circunstancias en las que vive nuestro país.
La UNPACU aboga por el decidido combate al racismo y al machismo, lacras que se han reproducido y agravado con las carencias sufridas durante los años de mal llamado“ Período Especial.” Estas crecientes desigualdades afectan más a personas de la raza negra y mestizas, lo mismo que a mujeres trabajadoras, en especial en las zonas rurales y en el interior del país.. Los cubanos del interior del país deben poder viajar a La Habana sin ser perseguidos. No deben existir restricciones absurdas para los viajes de nuestros compatriotas residentes en el exterior. El gobierno no debe negar la entrada al país a ningún cubano.
Sobre la libertad de religión y culto: Se debe poner fin a todo tipo de discriminación contra los creyentes. A las denominaciones religiosas dedicadas a la prédica pacífica de su fe y del bien común se les debe respetar su derecho a construir nuevos locales para sus actividades, así como a las instituciones fraternales y organizaciones no gubernamentales( ONG) que funden los ciudadanos de acuerdo con los intereses que deseen defender o promover.
Se deben respetar, sin discriminación ni privilegios, todas las libertades civiles, políticas, económicas, sociales y culturales. Las leyes deben garantizar y defender estos derechos para todos los cubanos.
Sobre el orden interno y las Fuerzas Armadas: En la UNPACU sostenemos que una sociedad libre y justa exige la existencia de orden, en este caso democrático. La policía cubana debe cumplir con la misión asignada a dicho cuerpo en todo el mundo civilizado, que es la de proteger y servir a la ciudadanía y no ejercer, tal como en el momento presente, de brazo represor del gobierno. Las Fuerzas Armadas deben estar listas para enfrentar debidamente desastres naturales, proteger nuestras costas del narcotráfico internacional y contribuir al mantenimiento de la paz regional. El Ejército y demás cuerpos armados se deberán dimensionar, en medios y efectivos, de acuerdo con las necesidades y la capacidad económica de nuestra nación. La misión de las Fuerzas Armadas será defender la Patria, no servir a un determinado partido político. Policías y militares ganarían mucho con la democratización de Cuba. No tendrían que perseguir a nadie por sus ideas y tendrían mejores condiciones de trabajo y una vida más digna y sin rencores, ganando el respeto de la ciudadanía. El Servicio Militar Obligatorio debe ser abolido.
Es necesario mejorar el medio ambiente, luchando contra los perjuicios ocasionados por las malas políticas industriales, agrarias y mineras del gobierno. Los cubanos tenemos derecho a un desarrollo sostenido y sostenible. En este punto, se debe hacer cumplir toda la legislación nacional e internacional que existe al respecto.
La UNPACU cree en la necesidad de revivir el deporte cubano mediante su práctica masiva. Se debe permitir a los atletas que así lo deseen que formen parte de las ligas profesionales de cualquier nación, además de reconocer a los deportistas que viven fuera del país su derecho a representar a Cuba en competencias internacionales, al igual que sucede en el resto del mundo. Las pocas opciones recreativas que existen hoy en el país deben ser ampliadas, y se deberán crear otras nuevas, sin que esto se traduzca en un mayor incremento del ya altísimo consumo de bebidas alcohólicas y drogas, principalmente entre una juventud que no encuentra sentido a sus vidas y que vive en una frustración constante por la falta de oportunidades en su patria.