El cónyuge herido.
Aunque tal vez no lo aparente, por dentro estoy sangrando y no puedo detener !a hemorragia.
La mayoría de los cónyuges traicionados creen que se están volviendo locos, sobre todo durante las etapas iniciales del impacto. Durante todo el proceso de consejeña preguntan una y otra vez: ~~¿Me estoy volviendo loco(a)?~~ Mi respuesta siempre es la misma: ~~No,no te estás volviendo loco(a). Lo que sientes es normal debido a la experiencia por la que estás pasando}}. Esas palabras tranquilizadoras no detienen el sube y baja emocional en el que se encuentran, pero sí confirma que sus sentimientos son normales.
Hay al menos cuatro categorías de emociones que sienten los cónyuges heridos:
Se sienten perdidos. Dejan de sentirse intactos y completos. Les parece que han perdido la voz en el mundo. Se sienten fragmentados, destrozados, confundidos y desorientados.No saben a qué lugar pertenecen. No es raro para ellos que vayan conduciendo a alguna parte y, o bien se les olvide a dónde van, o cómo llegar. El respeto a sí mismos ha quedado destrozado y por lo general se preguntan: Por qué no habré hablado antes cuando percibí que algo andaba mal? ~~
Se sienten traicionados. La traición puede despojar al corazón de toda sensación de constancia, seguridad y significado. La sensación de haber sido escogido, especial y valorado se sustituye por una sensación de haber sido utilizado, descartado y rechazado. Se socava su capacidad de confiar. Todo el mundo, no sólo el cónyuge infiel, se convierte en sospechoso. Incluso se cuestiona la bondad de Dios.
Se sienten impotentes. La afirmación que dice: <<Por más que me esfuerce no lo puedo arreglar>> indica pérdida del control. La ira nace de una pérdida de control. Sienten que la vida se les va de las manos. A menudo pierden también el control de los pensamientos y las acciones.
Sus días y noches se ven invadidos de pensamientos y sueños obsesivos con el cónyuge y su amante. Es común también que pasen cornpulsivamente por el apartamento del amante
cada 30 minutos para ver si él o ella está allí. Pierden la esperanza de que la vida pueda volver a ser buena.Por lo general, la ira y la depresión no están muy lejos. Es normal escuchar de ellos afirmaciones como: ~~Me rindo>~, ~~Nunca volverá a ser igual~, ~~Me quiero morir~~, ~~Ya no hay nada por qué vivir~~, etc.
Se sienten ambivalentes. Hay una gran cantidad de emociones que compiten entre sí para captar su atención y que los desgarran. Son comunes las siguientes: vergüenza y desprecio, gozo y tristeza, dolor y venganza, temor y alivio.
Una esposa puede extrañar a su esposo y al mismo tiempo alegrarse de que se haya ido. Fluctúa entre querer abrazarlo y querer golpearlo, querer perdonarlo y querer hacer que pague su culpa. La ambivalenc|a da como resultado que uno se cierre internamente, causando un adormecimiento emocional que paraliza todo movimiento productivo hacia la sanidad.
El cónyuge infiel. La respuesta emocional de quienes son infieles puede variar, dependiendo de si se sienten culpables por la aventura o justificados de tenerla. SI se sienten justificados y están molestos porque los han atrapado, son más beligerantes. Si se sienten culpables y están dispuestos a abandonar la aventura y restaurar la relación matrimonial, su respuesta indica quebrantamiento y humildad.
Janis Abrahms Spring proporciona una lista de sentimientos intensos y contradictorios que describe muy bien la ambivalencia del esposo infiel: