El rey se opuso a realizar campaña militar contra Inglaterra y Juana sin el apoyo real, dirigió en el año 1430 una operación contra los ingleses en Compiègne, cerca de París. Los soldados borgoñones la capturaron y entregaron a sus aliados ingleses.
Fueron conducidos ante un tribunal eclesiástico en Ruán que la juzgó de herejía y brujería. Pasó catorce meses de interrogatorio, tras lo que se le acusó de maldad por vestir ropas masculinas y de herejía por su creencia de que era directamente responsable ante Dios y no ante la Iglesia católica. El tribunal la condenó a muerte pero al confesar y arrepentirse de sus errores, la sentencia fue conmutada a cadena perpetua.
A su regreso a la prisión volvió a usar vestidos de hombre por lo que de nuevo fue condenada, esta vez por un tribunal secular, y el 30 de mayo de 1431, es enviada a la hoguera en la plaza del Mercado Viejo de Ruán por relapsa (herética reincidente). Ella grita varias veces "Jesús". Pasan cuatro horas antes de que se reduzca a cenizas. Sus entrañas y corazón se dice que no se quemaron. El cardenal inglés de Winchester ordenó que se los arrojase al río.
Veinticinco años después de su muerte, la Iglesia revisó su caso y la declaró inocente. En 1929 el papa Benedicto XV la canonizó. Su fiesta se celebra el 30 de mayo, día de su ejecución.
Fuente: Busca Biografías