Un nuevo corazón | Page 20

25 a 35 lejos. Su trono parece estar muy arriba de donde estamos; reinando sobre el pequeño montón de ropa sucia en el piso. ¿Acaso le importan las cosas que a mí me preocupan? ¿Realmente puedo confiar que Dios se ocupará de mi final feliz? E n la vida tomamos muchas decisiones y elegimos cosas en función de lo que estamos esperando. Seguimos un camino y no otro según el objetivo que tenemos en mente. Sin embargo, a menudo somos como una niña de seis años entusiasmada por luces, maquillaje o ballet. Nuestra perspectiva está sesgada y nuestros objetivos son poco claros. Desde luego que le importan. De hecho, es porque a Dios le importa que se inclina a mostrarnos el cable de nuestro pequeño control que cuelga desconectado de Él. En su bondad, Dios nos hace ver que no tenemos el control e invita personalmente a confiar en Él frente a la toalla tirada en el piso, el final de la historia y todo lo que ocurra en el proceso. { ¿Qué pasaría si hubiera una persona que pudiera ver el futuro y supiera de antemano lo que, a la larga, nos hará felices? ¿Y si esa persona pudiera indicarnos qué camino tomar y mostrarnos a dónde nos llevará? En realidad, hay una Persona; Dios. } Proverbios 3:5-6 indica: Fíate de Jehová́ de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y Él enderezará tus veredas. Amigas, tomemos un camino diferente. Soltemos esa ilusión de control que hemos estado sosteniendo fuertemente con nuestras manos sudorosas. Confiemos en quien verdaderamente tiene el control: Dios. Si ignoramos a Dios y tomamos nuestro propio camino, inevitablemente terminaremos en un mundo de fantasía que ha perdido su atractivo. No obstante, si seguimos a Dios y confiamos en su perspectiva eterna, Él nos guiará, finalmente, a una habitación con la vista más fabulosa de la que nuestra mente de seis años podría imaginar. 19 Pero ¿te has dado cuenta en qué versión tan desagradable y fea de nosotras mismas nos convertimos cuando tratamos de tomar el control en nuestras manos? Constantemente queremos que nada se escape de nuestra agenda, que cada persona, horario, trámite e incluso Dios funcione como lo hemos planeado, pero cuando no ocurre lo que habíamos idealizado se desmorona todo ante nuestros ojos, la frustración inunda nuestro corazón dejando solo depresión y las manos de Dios parecen estar muy