Un mundo sin prisa Edición No. 2 | Page 12

TEMA DEL MES

¿Es normal que el diagnóstico de cáncer

genere angustia en mí y a mi familia?

El del impacto de la situación actual, que puede dar lugar a la negación y reacciones de ansiedad.

El del afrontamiento, ante el que se reaccionará con miedo, rabia, ira y un estado de ánimo deprimido.

El del proceso de adaptación, donde se producirá una disminución de las alteraciones emocionales previas y el paciente pondrá en marcha los recursos personales para disminuir el malestar psicológico

salud en

cuerpo & ALMa

La adaptación a la enfermedad tumoral por parte del paciente y la familia es un proceso complejo. El médico debe esforzarse en dar la información de la forma más comprensible posible y, para ello, precisa la colaboración estrecha de la unidad familiar.

La adaptación es una constante en la vida de los seres humanos y una respuesta

adecuada a los diferentes acontecimientos de nuestro entorno, que

ocasionan descompensaciones, desequilibrios y alteraciones de nuestras pautas

de conducta. De tal manera que, ante cualquier acontecimiento que produce

cierto desequilibrio, reaccionamos con una serie de mecanismos que intentan

restablecer el orden.

Evidentemente, el conocimiento de una enfermedad como el cáncer condiciona en la

persona una gran sensación de amenaza y temor, con desequilibrios a todos los niveles (fisiológico, psicológico y social), frente a la cual el individuo establece sus propios mecanismos de defensa. El proceso adaptativo en que se ve involucrado un paciente con cáncer es una continua restructuración y no algo fijo en el tiempo.

La forma en que los individuos llevan a cabo este proceso adaptativo se describe

como una sucesión de fases transitorias, que suceden de forma lineal en el

tiempo y que varían individualmente en duración e intensidad.

Desde nuestro punto de vista, consideramos que casi

siempre se da un proceso de adaptación, en el que se

distinguen tres momentos importantes: