Visualizar la realidad de un mundo tan complejo como en el que vivimos es una tarea ardua; la voracidad del tiempo y los hechos mundiales nos sobrepasan y en ocasiones abruman. En un mundo globalizado donde se permean diferentes esferas tanto sociales, económicas, ecológicas y profesionales es muy sencillo perder el rumbo o simplemente no tenerlo, y terminar siendo arrastrados por “la casualidad” de nuestra indiferencia
Desde la perspectiva del trabajador mexicano, el panorama no es muy distinto, de acuerdo con el INEGI, a inicios del 2017 se registró un descenso en el desempleo nacional y un subsecuente aumento en la población laboralmente activa. Inclinando la balanza de 52.1 a 54 millones de personas laborando en el país, posicionando finalmente en un 59.6 % a la población económicamente activa.
Este paradigma económico-social no parece muy alarmante, hasta que escuchamos el pronóstico del Foro Económico Mundial, al puntualizar que en los próximos 15 años desparecerán dos millones de puestos laborales, y es imposible dejar de lado las expectativas que hoy en día se depositan sobre los nuevos perfiles emergentes de profesionistas, en donde se busca “el candidato 360°”, es decir, una persona con conocimientos técnicos, que salga de la “zona de confort” y se interese en una visión comercial, de negociación, y con habilidades administrativas.
Hablando del nivel profesional en México, existen cada vez más profesionistas, menos puestos laborales y nuevas y cambiantes dinámicas empresariales, es aquí donde la senda del profesionista mexicano parece ser cada vez más angosta.
Asimismo, en el área de sustentabilidad desde hace ya más de 15 años la COCEF (Comisión de Cooperación Ecológica Fronteriza), pronosticó que el sector transporte sería el contribuidor más grande en el aumento de las emisiones nocivas de gas en el país, y según estudios más recientes en CDMX, las obras públicas que favorecen el uso del auto particular, ocupan el 85 % de la superficie vial, aún y que éstos solamente movilizan el 25 % de los viajes diarios en esta gran urbe. “Mucha calle y pocas banquetas”, dirían algunos, aunque es imposible negar que la transmutación hacia una ciudad sostenible ya es una realidad.
Es menester mencionar las fuerzas socio-político-económicas que dirigen estos movimientos en una u otra dirección. Las conocidas mega-tendencias que a su vez se dividen en dos grandes corrientes interconectadas, las mega-
Panorama incómodo
Colaborador: Lic. Omar Ramírez.
Psicoterapeuta con experiencia en educación ambiental, ecoturismo y trabajo comunitario.
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