Turismo Religioso en Tegucigalpa Revista Un Viaje de fé alta calidad | Page 11
impuso como propósito fundamental
para sustituir la parroquia siniestrada.
se levantó un
templo parroquial
dedicado a la
Virgen María
que se conoció
como “La Limpia
de la Inmaculada
Concepción”
El padre Zelaya y Cepeda pidieron permiso
al Obispo Diego Rodríguez de Rivas
y Velasco para iniciar la construcción,
contrató al arquitecto guatemalteco
José Gregorio Niancanceno Quiroz para
levantar la obra cuyo inicio se marcó
en 1765 tal y como consta en una placa
grabada en piedra que se encuentra en
el frontispicio del templo.
Con grandes esfuerzos, de su peculio
con ayudas de algunas familias
pudientes del poblado, de piedra,
ladrillo, con amalgama de cal y arena,
y con ligamento a base de agua de
caulote, la monumental obra de estilo
barroco comenzó a construirse con dos
campanarios, el frontispicio como un
altar de piedra con los siete arcángeles,
con columnas almohadilladas, una
entrada principal y dos laterales a los
patios del sur y del norte.
En 1775 acusando grave enfermedad
murió el padre Zelaya quien ya había
contratado al tallista guatemalteco
Vicente Gálvez y su familia para
confeccionar el retablo mayor. Los
laterales, el púlpito, los retablos de las
capillas y otros ornamentos, confiando
la pintura de frescos y otras obras al gran
pintor hondureño José Miguel Gómez.
Su obra no la pudo ver finalizada a pesar
de estar tan cerca de la misma porque
él vivía en la casa de esquina donde hoy
está el negocio que conocemos como
“Chinda Díaz” lo que le facilitaba todos
los días a pesar de su enfermedad a
cruzar la estrecha calle para estar viendo
los avances de la construcción.
Los Gálvez y Gómez terminaron la
decoración y el templo estaba listo a
principios de 1782 por lo que el cura
párroco que había sustituido al padre
Zelaya y Cepeda, el ilustre sacerdote
tegucigalpense Juan Francisco Márquez
comunicó al Obispo de Comayagua
Monseñor Antonio de San Miguel
para autorizar la consagración como
Parroquia dedicada a San Miguel
Arcangel e invitándole para que el día de
la fiesta patronal acudiera a la Villa para
impartir la bendición.
La catedral de San Miguel de Tegucigalpa
es una de las edificaciones más antiguas
e importantes de la ciudad que se
conserva hasta el día de hoy en buen
estado general. El edificio tiene un lugar
en la historia hondureña que no se limita
a la esfera de influencia de la ciudad de
Tegucigalpa sino a todo el país, siendo la
iglesia con mayor renombre y tradición
desde principios del siglo XX.