Ttravesia 2021 | Page 63

Pedro encaró la colina gigantesca con emoción . “ Esto no es nada ”, dijo sonriendo , mientras ponía su brazo sobre el hombro de su mejor amigo , Miguel . Juntos , con sus mochilas y maletas cargadas de sus pertenencias y suministros , empezaron la subida hasta la cima . Allí , estará su hogar durante los próximos 30 días del invierno .
Ahí sobre la colina , Pedro al fin comprendió porqué su tío estaba tan enamorado de su cabaña . Sobre el horizonte , el sol estaba saliendo en la enorme alfombra azul del río Paraguay , acompañado del sonido de las olas chocando contra las rocas . Pedro quería quedarse ahí para siempre .
Al entrar , Pedro se encontró con Miguel , que ya se había acomodado en un cuarto . La casa era grande , contaba con 5 dormitorios divididos por un pasillo largo , una cocina , una sala común y un sótano . La casa quedaba grande para dos personas , pero Pedro no quería quejarse de semejante tontería . Acomodó sus cosas en la habitación de enfrente a la de Miguel , al otro lado del pasillo . La primera noche pasó sin ningún problema . Miguel había preparado un asado y con Pedro charlaron mientras cenaban bajo la noche estrellada .
Así , los días se volvieron semanas . Todo estaba sucediendo como lo esperado . Pedro , internado todo el día en sus estudios , mientras Miguel se ejercitaba y chateaba con viejas amigas . Así pasaron las semanas hasta que llegó la primera ola de frío del año , que fue un gran día . Pedro y Miguel habían pasado toda la tarde lanzándose bolas de barro .
La felicidad causada por la novedad de la cabaña lentamente fue disminuyendo , fue dando lugar a cansancio y aburrimiento en Miguel . Los días empezaron a tomar un giro inesperado para Miguel . Cosas raras empezaron a suceder . Había momentos cuando sus pertenencias desaparecían , solamente para luego aparecer en lugares donde no pudieron haber estado . Por ejemplo , algunas mañanas no encontraba su cepillo de dientes en el baño y después de buscar por horas lo encontraba extrañamente en el sótano .
Al comienzo pensó que las extrañas desapariciones eran actos de Pedro , pero cuando lo confrontó , este lo negó . Con el pasar de los días , las desapariciones se volvieron más frecuentes . Miguel empezó a vigilar a Pedro . Lo que comenzó como una broma , se había vuelto increíblemente molesto y Pedro negaba todo . La última confrontación entre los dos terminó con empujones e insultos . A Miguel no le causaba gracia , y le caían mal las constantes negaciones de Pedro . Sabía que era él . ¿ Quién más sería ? ¿ Quién más que el estudiante perfecto , que se estima más que cualquiera , leyendo sus libros estúpidos podría ser ? Lentamente el cinismo de Miguel se convirtió en un profundo disgusto . “¿ Me perdí el mejor invierno de mi vida por este payaso y me trata de tonto ?”.
Travesía • revista estudiantil 63