96.000 personas poblaron el Camp Nou de Barcelona para ver el último partido del campeonato de liga español, que casualmente, era una final.
A los colchoneros no les salía una; entraron al campo con el pie izquierdo, ya que en solo 23′ perdió a dos jugadores clave por lesión; Diego Costa abandonó a los 16′ y el turco Arda Turam 7′ después.
El juego en líneas generales fue anodino, porque Barcelona, ya sin ese fútbol descollante, capaz de perforar a la defensa más sólida del mundo, no le encontraba la vuelta a un sólido equipo colchonero, por su lado, Atlético no sabía como entrarle al equipo local ya que los culé estaban bien plantados.
Messi y Neymar fueron desarticulados, pero las lesiones de los jugadores rojiblancos antes de la primera hora, le simplificó la vida a los defensores anfitriones, que tuvieron poco trabajo.
Sin merecerlo, pero con cracks en su equipo los azulgrana se pusieron en ventaja; el chileno Alexis Sánchez a los 37′ anotó un verdadero golazo, lo que avivó a una infiel hinchada.
Tras el gol, Barcelona se relajó y jugó a voluntad ante un desmoralizado equipo madrileño, que lo salvó el pitazo final de la primera etapa.
Para el complemento, arengados desde el vestuario por su entrenador Diego Simeone, los colchoneros fueron al frente y hostigaron a un equipo local que acusó recibo a los 4′ cuando el uruguayo Diego Godín, de cabeza, ponga el 1-1 y Atlético campeón tras 18 años.
Barcelona, sabedor que el empate no le servía para nada, fue al frente, pero sin ideas se encontró con un murallón impenetrable.
La buena conducta en la zona defensiva fue lo que benefició a los rojiblancos, que lograron resistir, casi sin pasar zozobra, hasta el pitazo final.
Atlético de Madrid vence la liga y rompe con la aburrida hegemonía de Barcelona y Real Madrid.
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