uca Baleia rompió con todos los estereotipos del fútbol al jugar con 120 kg. y ganarse el respeto y la admiración de los amantes del deporte en general.
Un arquero obeso tuvo su momento de fama en el fútbol brasileño de principio de los ’90 y llegó a lugares increíbles con un equipo semiprofesional, rompiendo con varios estereotipos.
Juvenal Marinho Dos Passos es el nombre del voluminoso arquero que defendió los colores del modesto Sampaio Correia del desconocido estado de Maranhâo, ubicado en el nordeste, antes de la formación de la “pancita” del Brasil.
Es común y normal en Brasil que las personas tengan apodo, no es símbolo de mal gusto sino que los apellidos son muy parecidos en la mayoría de la población, por eso, a Juvenal Marinho Dos Passos lo apodaban JUCA BALEIA, lo que en un buen castellano sería algo como “Juca la Ballena”.
Juca Baleia, hombre de 1,85 y más de 120 kg de peso, se destacaba, y no es para menos, por su apariencia física pero deslumbraba por su carácter y prestancia debajo de los tres palos.
Sampaio Correia hizo furor en 1993 en el fútbol brasileño, más precisamente, en la Copa de Brasil, que es muy diferente al campeonato brasileño, ya que para el torneo de Copa se llega por ser campeón estadual (provincial o departamental, depende si es argentino o uruguayo) y ahí cualquier equipo tiene la chance de abrirse camino y llegar a torneos continentales.
El arquero parecía un pulpo y pese a su peso, sabía pararse muy bien frente a su valla; por razones lógicas no cortaba bien los centros pero sabía pararse donde iba a caer el balón, además, aprendió a desarrollar otras mañas que lo convirtieron en un muy buen guardameta.
Los estereotipos fueron rotos por Juca Baleia y éste hizo furor en San Pablo, cuando les tocó jugar contra la “máquina” de esos tiempos que era el Palmeiras, quien los destrozó en la vuelta 4-0, solo que en la ida los “porcos” (cerdos en español) apenas pudieron anotar un 0-1 porque don Juca sacaba pelotas de todas partes.
Al llegar la delegación del Sampaio Corrêa, la prensa paulistana y un grupo de fanáticos fueron a esperarlo, donde Juca tuvo que hacerse de un tiempo para firmar autógrafos y dedicó otro tanto para los medios de comunicación; la Red Globo fue más allá y mostraron como era la “dieta” del arquero, algo que obviamente, puso colorado a cualquier nutricionista y deportólogo.
Juca contó que no todo fue color de rosas, ya que tuvo que pagar el derecho de piso durante largo tiempo, y que la fama le llegó en el ocaso de su carrera. Incluso Roberto Dinamite, el notable goleador de Vasco da Gama lo chicaneó al decirle “¿Con ese físico podés jugar?”. También confesó que adelgazó 20 kilos pero se sintió tan inseguro que vivió los peores momentos de su carrera y que tuvo que engordar para volver a ser el de siempre.
Tras su retiro en 1994 el ex arquero trabajó como camionero de una empresa constructora, hasta que en 2010 comenzó a atrabajar en una fundación para ayudar a jugadores y ex atletas, quienes reciben becas, asistencia social y vales para comida.
@lostribuneros
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NADA ES IMPOSIBLE
ROMPIÓ CON LOS ESTEREOTIPOS