Travesías didácticas Nº 34 • Marzo 2021 | Page 52

No nos prepararon para esto .
Daniela Galluzzo
Claramente ningún docente de ningún país está preparado para afrontar una pandemia , pero el sistema educativo y con él sus docentes , tuvieron que salir de su zona de confort para ir a la “ obligatoriedad ” de uso de las tecnologías de la información y la comunicación .
Si bien coincidimos con Litwin al decir que la enseñanza es similar a otras prácticas que requieren la ejecución de muy diversas actuaciones en tiempo real , en contextos impredecibles y de incertidumbre ( 2008 , p . 27 ); particularmente esta incertidumbre actual , obligó a la reinvención de la clase como nunca antes en la historia reciente ; reinvención que mostró grandes dificultades no solo para docentes sino también para estudiantes .
Muchos autores vienen pregonando por la necesidad de incluir las “ nuevas ” tecnologías de la información y comunicación ( en adelante TIC ) en sus estrategias de enseñanza a sabiendas que “ cada nueva tecnología al incorporarse reproduce en los docentes la misma aspiración : facilitar su tarea , asegurar su comprensión , acudir en su ayuda frente a temas de difícil comprensión ” ( Litwin , 2008 , p . 150 ). Sin embargo , las palabras de Litwin no fueron los sentires de muchos y muchas docentes ; muy por el contrario , profesaban que se dificultaba la explicación de contenidos complejos , que se exponían demasiado al filmarse o dar clases sincrónicas , entre otras tantas .
Creemos que uno de los grandes problemas que presentó esta situación extraordinaria tiene que ver con que no es lo mismo utilizar tecnología en la educación que tecnologías educativas ; esto lo plantea Edtih Litwin al decir que “ el empleo de diversas tecnologías en las aulas y en las practicas docentes muestra una clara distinción entre el uso de productos , medios o materiales creados por afuera del sistema educativo y para otros fines , y los creados especialmente para el aula , en algunos casos por los mismos docentes ” ( 2005 , p . 27 ). Pensar la práctica docente con tecnologías educativas , es decir , aquellas que fueron desarrolladas y creadas especialmente para el ámbito educativo , permite un acercamiento más certero de su uso , que dista de la aplicación y / o ensayos de prueba y error .
Pero tal como plantea Burbules ( 2001 , p . 9 ) “ las herramientas no llevan consigo la garantía del éxito o fracaso , del provecho o el daño que puedan provocar : todo depende del uso que se haga de ellas …”; las TIC necesitan del docente mediador del conocimiento . Es por tanto que
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