orgullo) sino actividades posibles, factibles y que incluyan el entorno familiar;
6. Proponer actividades que aborden diferentes aspectos, la música, la literatura, las artes
visuales, la exploración de objetos, los juegos…;
7. Pensar en acciones factibles de ser desarrolladas sin demasiada complejidad en cuanto
a la tarea que proponen y los materiales que incluyen;
8. Incluir actividades y acciones en secuencias que permitan no solo no plantear
actividades descolgadas sino también brindar un abanico de opciones que abran las
posibilidades de elección y concreción, reconociendo que es más sencillo pensar y
recibir una serie de “tareas” relacionadas entre sí;
9. Pensar en secuencias que presenten dos o tres contenidos/saberes mencionados y la
serie de actividades pero que no se conformen como una planificación escolar típica
con todos sus componentes y organización, reconociendo que las unidades didácticas
y proyectos no son las organizaciones más recomendables para estos tiempos;
10. Hacer hincapié en las posibles acciones en función de algunos saberes / contenidos /
conocimientos, pero sin priorizar la comprensión por parte de las familias de los mismos
como “la organización escolar de conocimientos”;
11. Proponer encuentros virtuales -de ser posibles- de los niños con sus educadores, con
el apoyo de las familias para que sean posibles, presentando juegos, lecturas de
cuentos, canciones… para poder verse, intercambiar, seguir conectados desde la
virtualidad;
12. Ubicar a la evaluación en un plano de menor importancia dado que en este momento
es muy complejo para los educadores y no es función de las familias;
13. Evaluar los intercambios y participaciones especialmente las directas -si fueron
posibles- “mirando” a los niños prestando especial atención a sus gestos y señales,
escuchando sus palabras; a su vez, reflexionar sobre las actividades enviadas,
seleccionar las siguientes en función del análisis de lo realizado, diseñar las próximas
retomando lo necesario y significativo, ir incorporando aspectos diversos pensando en
una “mirada evaluativa” alejada de la impronta de la evaluación escolar típica;
14. Revitalizar el vínculo docentes-familias estableciendo -de ser posible- diálogos y
encuentros virtuales sobre temáticas de interés y abordando aspectos vinculados con
sus niños y niñas, individuales, grupales y por pequeños grupos organizados con
criterios específicos;
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