Entre las modas con globitos de colores...
Laura Pitluk
mutuo, en el respeto por las ideas y modalidades de todos, en la posibilidad de
expresión y escucha respetuosas, en la construcción compartida de las normas, en la
aceptación de la autoridad de los adultos y los modos de funcionamientos escolares
siempre que sean democráticos y coherentes...
Busco constantemente respuestas a algunas situaciones que se sienten como un
circular permanente en un mar de confusiones que no nos permiten encontrar la punta
del hilo para comenzar a desanudar la madeja…y así voy encontrando lugares que me
tranquilizan y propuestas que se acercan a la identidad educativa que tantos deseamos
construir, concretar y sostener -al menos por un tiempo-.
El primer punto que encuentro es que confundimos los aspectos que ubicamos en el
foco de los debates y así centramos las discusiones en puntos que carecen de sentidos,
sabiendo que no es por ese lado que la educación debe plantearse sus mejores debates
y sus mayores resoluciones.
Me refiero a las falsas oposiciones entre enseño o no enseño, planifico o no planifico,
evalúo o no evalúo, intervengo o no intervengo… cuando el verdadero debate debe
situarse en el estilo que asumen todos esos aspectos, debido a que se supone que no
debiera haber lugar a dudas de su existencia en el marco de lo escolar.
Entonces me pregunto, sí obviamente se enseña ¿qué modalidad de enseñanza debo poner
en juego? ¿Cuál es el enfoque de una verdadera “buena enseñanza” desde lo moral y desde
el conocimiento, al decir de Fenstermacher 5 ? porque la supuesta disputa no se presenta entre
“enseñar o no” sabiendo que la enseñanza es la razón de ser de lo escolar sino sobre qué
tipo de enseñanza pone en juego las metas que nos proponemos, los aprendizajes que
aspiramos favorecer en estrecha relación con el sujeto que queremos formar…y así se
manifiestan una vez más los valores alejados de los contra valores…
También discutimos si se debe o no planificar y evaluar sabiendo que no hay posibilidad de
diseñar adecuadamente la enseñanza sin una organización previa tan valiosa como creativa,
tan pensada como factible de ser modificada y que la evaluación está al servicio de la
planificación y la enseñanza.
A su vez, se debate erróneamente desde mi punto de vista, si se debe o no intervenir, en
lugar de debatir acerca del estilo, la modalidad y las frecuencias de las intervenciones.
Y ahí aparecen las modas, esas que nos sitúan en creer en las salvaciones particulares,
momentáneas, tantas veces descontextualizadas y los aspectos que surgen desde allí.
5
Fenstermacher, Gary, (1989), "Tres aspectos de la filosofía de la investigación sobre la enseñanza", en Wittrock, M., La
investigación en la enseñanza I, Madrid, Barcelona, Paidós, MEC.
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