Compartiendo experiencias.
no sólo en silencio. Cabe destacar que el rol de los/as niños/as con respecto al docente lector
y a ese silencio que se les pide, es un rol activo nominado por la palabra “escuchante” como
alguien en tanto el otro haga de ese texto una trama asequible para ser alojada en cada
biografía.
De esta forma los/as docentes podremos devenir en puentes entre esas palabras escritas y
planas y la historia que estas cuentan... de esta forma los/as docentes podremos ser garantes
de Derechos de los/as niños/as en tanto fundemos para ellos/as un espacio donde puedan
ejercer su libertad con L de leer.
Son dos verdades que no debemos olvidar: la educación es un Derecho, y la ficción es un
espacio de libertad. Teniendo esto en cuenta, nos será más sencillo recordar que cada
palabra, oración, texto, que podemos entender solos en la vida, van conformando el mundo
en que vivimos. Así, la capacidad de producir ese mundo no es azarosa, sino que se asienta
en las posibilidades que nos son legadas por quienes ejercen la tarea de acercarnos cada
aspecto distintivo de la vida en la cultura. El docente quizá no sea el productor de mundos
posibles para cada alumno/a, más sí es quien brinda las herramientas para que ese niño/a
pueda creer o cuestionar las certidumbres que le brindan consistencia a su día a día.
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