Travesías didácticas Nº 29 • Diciembre 2018 | Page 61
ciertos elementos que buscan favorecer e incentivar el uso de estas en el sistema educativo,
mediante: la formación del profesorado, la disponibilidad de contenidos digitales y
aplicaciones, la creación de redes de apoyo, el énfasis puesto en la investigación y el
desarrollo, y la promoción de comunidades de práctica.
El panorama regional en este sentido es diverso y múltiple, sin embargo, en todos los casos
la incorporación de las tecnologías ocupa actualmente un lugar muy significativo entre las
prioridades educativas y, de modo creciente, asume diferentes aspectos y formatos en la
agenda de políticas educativas de cada uno de los países latinoamericanos. En este sentido,
adquieren un lugar destacado y visible los programas de provisión masiva de equipos, si bien
los modelos de incorporación de TIC no son homogéneos sino que, por el contrario, asumen
diferentes modalidades en cada contexto nacional. Sin embargo, a pesar de las diferencias se
hace visible un conjunto de desafíos comunes que permiten orientar una posible e incipiente
agenda regional.
Muchos de los países latinoamericanos están llevando adelante procesos de integración TIC
bajo el denominado modelo 1 a 1 (una computadora por estudiante), diseñado oportunamente
por Negroponte (1990). Es por ello que las estrategias y medidas que se están implementando
sin duda constituyen un indicador del esfuerzo de los Estados de la región por instalar y
sostener una política pública de fuerte impacto social, que atienda la inclusión social y
educativa.
Como mencionamos en párrafos anteriores, y a partir de los relevamientos realizados por
diferentes organismos internacionales y de la literatura especializada, en la región se observa
una tendencia hacia la adopción de modelos 1 a 1, es decir, hacia aquellas iniciativas que
promueven la provisión de dispositivos individuales destinados a cada estudiante, para el
trabajo en el aula. Sin embargo, es posible afirmar que este estado de situación forma un
mosaico heterogéneo, en tanto estas acciones conviven con otras que representan los albores
de la integración de las TIC en América, cuando los tradicionales laboratorios de informática
o el Centro de recursos multimediales eran las medidas más innovadoras. Pese a las
diferencias geográficas, educativas y culturales, Sunkel y Trucco (2012) destacan tres puntos
en común de estas nuevas experiencias regionales con TIC en educación:
• la consideración de la educación como un área estratégica para la reducción de la
brecha digital.
• el uso de los sistemas de educación formal como ámbito privilegiado para la
implementación de políticas públicas destinadas a promover la democratización del
acceso a las TIC.
• el reconocimiento de los diferentes momentos y grados de desarrollo en que se
encuentra el proceso de inclusión.
Entre las experiencias pioneras, que continúan vigentes en la región, se encuentran los
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