Travesías didácticas Nº 27 • Abril 2018 | Page 47

¿Quién se olvidó de nadie, y sin darnos aprendimos a saltar perdíamos el turno... fue “jugar”. jugar a la rayuela? ¿O a las escondidas? ¿Al pisa pisuela?, creo que cuenta aprendimos los números, respetamos el turno de cada uno, en un pie, a contar sin saltearnos y si no respetábamos las reglas Cuántas cosas aprendimos sin darnos cuenta, y el ingrediente principal En la actualidad, los maestros estamos tan preocupados por alcanzar los contenidos que nos piden, que dejamos de lado el juego porque a veces creemos que no nos bastara para que el niño/a aprenda lo que se nos ha pedido en nuestra currícula. Sin embargo, a través de él podemos llegar a alcanzar logros maravillosos. Lo principal de todo es creer que lo que estoy brindando tiene un porque, que fue pensado y planificado con un objetivo. Pero lo debo sentir, sino los resultados serán en vano. Siempre digo que “es imposible dar lo que no se tiene”, y esto lo aplico en todos los órdenes de la vida. En los momentos que vivimos les aseguro que no todos los niños juegan, y si lo hacen no todos lo hacen de la misma manera, es más me atrevería a decir que no todos los niños saben jugar. Estamos en el mundo de la tecnología a full, donde los niños juegan permanentemente con una maquina (la niñera perfecta para algunos padres) quien les responde si lo logro o no, y fomentando en los pequeños que mientras más vidas ganas mejores son tus logros. Es decir, estoy jugando solo, no me comunico, no se mirarte a los ojos, no se esbozar una sonrisa picaresca ante una situación jocosa, no se cruzar un simple dialogo con el otro porque mi amigo es una simple máquina. La inteligencia artificial habla de las semejanzas que existen entre la computadora y el hombre, que ambos son capaces de percibir un estímulo, procesarlo, clasificarlo, manipularlo y evaluarlo; pero creo que jamás podemos permitir que esto suceda. Porque estamos cargados de sentimientos y de vivencias, de emociones y nuestra vida está ligada a un todo que la hace diferente de los demás. El juego nos permite penetrar en los rincones más íntimos y preciados del ser humano en su infancia. No solo vamos a poder alcanzar aquellos contenidos que son necesarios, sino que también miraremos al niño de otra manera. Ya que a través del juego cada uno de nuestros pequeños expresará que siente, cómo lo siente y sobre todo experimentará el estar con otros. Nuestros niños deben aprender lo fundamental de la vida, que es saber que existe otro, con el cual puedo compartir, reír, mirar. Siempre recordemos que el juego es el eje motivador para tu enseñanza. Pero debes sentirlo, vivirlo y estar convencido de que esta es la mejor manera de aprender. 45