Travesías didácticas Nº 27 • Abril 2018 | Page 45

10- Por qué tenemos miedo. Hipótesis rechazada por la conclusión de que los perros a veces le temen a los dueños y a las tormentas. 11- Por qué tomamos leche de la teta. Hipótesis rechazada también al mencionar otros animales que toman teta y los denominamos mamíferos. 12- Por qué jugamos. Los perros cachorros también juegan, dijo Facundo. Mi perro busca la pelota dijo otro. Tres fueron las hipótesis aceptadas: Por qué vamos a la escuela. Por qué pensamos. Por qué hablamos. La conclusión final fue que solo los humanos vamos a la escuela, pensamos y fundamentalmente nos comunicamos con el lenguaje. A modo de cierre Crear espacios para pensar es fundamental para enseñar y para aprender, creo firmemente, también, que se enseña verdaderamente cuando se está aprendiendo, y que tal vez, aquellos que por mandato tienen la función de aprender, no saben que enseñan, y que no todos los que se formaron para enseñar, saben que aprenden. Las escuelas albergues tienen una característica distinta al resto de las escuelas, están cargadas de lazos potentes y profundos entre quienes le dan existencia. Somos verdaderamente un colectivo y sabemos que pensamos distinto al otro, pero también sabemos que en ese colectivo crecemos profundamente y desarrollamos un pensamiento propio entendiendo que: … “lo que hace propio un pensamiento es el modo en que nos vemos involucrados con el” … (Gustavo Santiago. Pag 55. 2016). La idea es pensarnos como seres que podemos ser creadores, descubridores, críticos y pensadores de mundos distintos. No somos filósofos, intentamos desde esa capacidad única de los seres humanos pensar críticamente el mundo que nos rodea para comprenderlo e intentar mejorar. Preguntarse es siempre darse tiempo para pensar y pensarse, por si acaso es necesario un cambio, una modificación leve o profunda, una nueva mirada, para establecer nuevos acuerdos con esa demanda social que la escuela nunca alcanza a tiempo. 43