Travesías didácticas Nº 27 • Abril 2018 | Page 17

participado tan activamente como los demás tal vez por las características del espacio, ya que su ubicación más distante favorecía más el rol de observadores que el de “actores activos”. La lluvia Sin decir palabra saqué de mi bolso un rollo largo, muy largo, de papel celofán, y lo fui desplegando y entregando al grupo mencionado. Solicité a los demás que cerraran los ojos y prestaran mucha atención a los sonidos que se producirían. Foto 8: Papel lluvia, pajarito y ranita. Foto 8 bis: Para los sonidos del pajarito volador y de la ranita. Mediante señas y sin dar consignas verbales, fui dirigiendo a ese grupo que sostenía y agitaba el papel con mayor o menor intensidad dando como resultado una lluvia tormentosa o una llovizna continua que amenazaba no obstante con la posibilidad de “sorpresivos chaparrones”. Entonces tomé un Cotidiáfonos más elaborado que los utilizados en las adivinanzas iniciales, que imita con similitud el gorjeo de un pájaro 10 . Este sonido y el objeto que giraba en el aire para producirlo, produjo gran sorpresa y curiosidad. Mientras “la lluvia” seguía presente e implacable, entregué a Andrea el “pajarito gorjeador” y yo tomé otro Cotidiáfono que imita el croar de las ranas (dos tubitos de plástico que entrechocan sus bases estirando y aflojando el piolín que los une). (Ver Foto Nº 7). Los tres elementos crearon un clima particular de concentración que se vivió como un momento “mágico”, de gran serenidad e introspección. Se trata de un Aerófono Libre cuya descripción se detalla en el libro “Cotidiáfonos. Instrumentos sonoros realizados con objetos cotidianos” (pp 57/58 ) de Judith Akoschky, (Ed.Ricordi, hoy Melos). 10 15