Travesías Didácticas Nº 20 • Diciembre 2015 | Page 41

En otras palabras re-significar lo humano es aprender a valorar al otro, al alumno, al docente, al colega, con lo que trae, tal cual es. Es aprender a decirles lo que sentimos, un “te quiero” cuando despedimos a los chicos puede sonar como una campanita en sus oídos, porque tal vez y sólo tal vez, no lo vuelvan a escuchar hasta el próximo encuentro. Llenar el vacío de lo humano es recuperar la ternura que los niños tienen muy fresca y que los adultos vamos perdiendo con los avatares de la vida personal y profesional. A la vez llenar el vacío de los saberes parcializados o especializados de los docentes solo se puede hacer pensando en un profesional que es seguro y capaz de enfrentar las incertidumbres del conocimiento, entonces el desafío de enfrentar capacitaciones permanentes y situadas es una necesidad posible de gestionar. Lo dicho hasta aquí supone que no se puede pensar en un maestro sabio o en un maestro ignorante, ya que es mejor pensar en el maestro