conceptuales, escasas propuestas pedagógicas, lo que paradójicamente provoca una
complejidad conceptual y metodológica muy interesante, y a la vez cuando miro el contexto
social y escolar observo agresividad constante, incertidumbre, desasosiego, falta de
capacidad para escuchar y mirar.
Asimismo, incursionar en los interrogantes ¿qué es la paz? ¿Cómo se enseña la paz? Estas
cuestiones vuelven a remitir a la necesidad de conceptualizar y definir, encontrando entonces
que: Paz, definida en sentido positivo, es un estado a nivel social o personal, de equilibrio y
estabilidad. Es así que para definir la paz se entrecruzan e involucran importantes variables
culturales, religiosas, sociales, históricas y políticas. Por ello, pueden existir tantas formas de
entender la paz como tradiciones y culturas existen.
Y ¿qué son los valores?: Los valores son principios que nos permiten orientar nuestro
comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que
nos ayudan a elegir y a comportarnos. Así la Paz analizada como un valor al igual que la
libertad y la igualdad, se transforma en vinculante porque la Paz es el escenario en el que la
Libertad y la Igualdad pueden desarrollarse plenamente y la vez sin Libertad e Igualdad real
la Paz es sólo una utopía. El contexto actual, hace cuestionarse una y otra vez, para animarme
a desafiar la realidad e interpelar los fines políticos para avanzar en un Proyecto de Educación
para la Paz. Asimismo, se debe aceptar esta realidad compleja desde los nuevos escenarios
sociales y educativos que requieren esfuerzos de comprensión fundamentalmente porque
estamos inmersos en una sociedad excluyente, con necesidades básicas no cubiertas, con un
sistema educativo que no ofrece esperanzas para que nuestros niños y niñas y jóvenes
puedan tener acceso a un sistema igualitario por excelencia.
Hay que aprender a ovillar
Es interesante relacionar lo expuesto con el “arte de tejer”, encontrar los hilos, luego “ovillando”
hilos, para después comenzar el tejido en el que se irán mezclando esos hilos. En la Sociedad
y en la Escuela existen conflictos, sin acuerdos ni encuentros posibles. Al respecto (Galtung,
2009) plantea una perspectiva positiva y creativa del conflicto que tiene como finalidad la
convivencia democrática y convierte a la Educación en y para la paz en un proceso educativo
continuo y permanente.
La educación para la paz va tomando forma cuando se piensa en propuestas didácticas que
apunten a la afectividad, a la participación democrática de los niños y niñas en el proceso de
aprendizaje, en donde el estado de Paz sea interdisciplinario articulado por la coherencia de
una docente que enseña en Paz y desde la Paz.
Entonces planificar contenidos posibles partiendo de los derechos humanos y
fundamentalmente de los derechos del niño no es una cuestión menor es establecer un puente
a través de la mirada y del contacto con los niños y niñas para que ellos tengan su propia voz
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