Una educación para la paz...
Stella Mary Figueroa
Para iniciar un Proyecto Educativo desde la Paz es preciso que
como docentes podamos interpretar la realidad y su propia
complejidad, observar la necesidad de comprensión entre
personas, pueblos y culturas diferentes y la de las relaciones
particulares entre familiares, que están cada vez más amenazadas
por la incomprensión. Porque la comprensión hacia los demás
requiere de la tolerancia con los otros y con uno mismo. La Paz
es un desafío para los sistemas educativos latinoamericanos.
Este artículo es el resumen de la Ponencia presentada en la
III Bienal Latinoamericana y Caribeña de Infancias y Juventudes.
Desigualdades, Desafíos a la Democracia, Memorias y Re-existencias
que se realizó en agosto del 2018 en Manizales, Caldas, Colombia.
En su devolución el jurado nos dio la tarea de divulgar esta
necesidad en nuestros países, es por esta razón que les trasmito
ideas que invitan a pensar en la posibilidad de transitar la
educación desde la perspectiva de Paz como una posibilidad de
encuentro entre docentes, docentes y alumnos, docentes y sociedad.
Tejiendo hilos
Para intentar un trabajo de Educación para la Paz es necesario armar un “tejido” en donde
cada hilo es una pregunta que convoca conceptos y desafía la ilusión, la esperanza y el sueño
de un Proyecto que ingrese a las escuelas y a las prácticas docentes, para hablar de Paz.
Dice Silvina Ribotta (2011): “Puede parecer novedosa (y hasta ingenua) la insistencia
pedagógica de la relevancia de la educación para la paz y los derechos humanos, olvidando
los compromisos, las luchas, las argumentaciones y desafíos metodológicos que la humanidad
viene realizando en pos de una educación realmente comprometida con la paz como
estrategia para lograr un mundo más justo.”
Es necesario despejar primeramente los interrogantes y sus definiciones, encuadrando este
enfoque pedagógico en el Paradigma de la Complejidad. Pensar en la complejidad implica no
solo la complejidad educativa sino también y creo más importante, la humana.
Sorprendentemente cuando se indaga sobre educación para la paz aparecen vacíos
66