Travesías didácticas Nº 30 • Abril 2019 | Page 46

La vieja discusión de… Margarita Penadés Otros sectores tradicionales del Juego Trabajo en donde habitualmente también concurren los niños y niñas son el sector de Biblioteca y el sector de Arte, aparentemente ambos, con menor presencia de juego. Pensemos estas ideas: o que el sector de Biblioteca podrá verse enriquecido con la incorporación de los libros recibidos del Ministerio de Educación de la Nación con el propósito de potenciar la circulación de los mismos e ir favoreciendo la conformación de la comunidad de lectores. Claro que es importante que el/la docente haya desarrollado previamente propuestas en la sala en torno a la puesta en funcionamiento de la biblioteca, abarcando en ella actividades variadas y secuenciadas, como su organización, la presentación de los libros, la exploración individual del material, la elección del nombre entre todos… Resultará significativo para el grupo de la sala, incorporar a este sector, producciones de textos “a la manera literaria” 10 realizadas por los mismos niños y niñas, como así también otras producciones que hayan sido elaboradas conjuntamente con las familias en alguna actividad compartida. Interesa reflexionar acerca de la necesidad de re-organización de este sector, ya que comúnmente se presenta con algunos libros de cuentos (los mal llamados “libritos” de la sala), la mayoría con muchos años de uso aportados por el docente y/o por los mismos niños/as, y generalmente en condiciones deterioradas. Repensar este sector es una manera significativa de valorar la literatura en el nivel, permitiendo que el mismo sea un espacio convocante desde la presencia de sus materiales que generen en los niños y niñas situaciones de lectura por sí mismos. Por lo tanto, es importante que los libros se encuentren al alcance de los niños/as preferentemente sobre los estantes del mueble destinado a la biblioteca de la misma manera que podemos encontrarlos en la vida social. Muchas veces en los jardines no contamos con un mueble exclusivo para la biblioteca, por eso, es preciso pensar otras maneras de armarla: con cajas o cajones, carritos o canastas. Lo más importante en su organización es que el orden sea claro para los niños y niñas, es decir, que estén a su alcance y que los puedan ubicar fácilmente, que no estén mezclados o superpuestos. La propuesta de presentarlos mezclados o superpuestos (por ejemplo, en una canasta) tiene otros propósitos y responde a una actividad literaria diferente que el/la docente puede presentar en otra situación. Generalmente los niños/as confeccionan con la ayuda del docente un “reglamento” para el buen funcionamiento, pero el mismo parece ser olvidado al poco tiempo tanto por los niños/as como (muchas veces visto) por los docentes. Replantearnos el uso del reglamento es otra cuestión que hace a la valoración de la literatura en la sala, ya que 10 Expresión utilizada por Alicia Zaina en Por una didáctica de la literatura en el nivel inicial, en Recorridos Didácticos en la educación inicial (2000). Paidós, buenos Aires 44