el deseo de jugar los niños y niñas deciden iniciar el juego mientras construyen objetos
y escenarios de juego. En las salas de 2 años fundamentalmente, luego de observar
sin interrumpir sus búsquedas, la intervención docente resulta necesaria para provocar
ese pasaje, en el que por deseo de los propios niños/as se inicia el juego cuando el
docente les acerca el formato a ser aprendido como una estructura predecible. La
intervención docente durante el desarrollo del accionar exploratorio se focaliza
primeramente en la observación de lo que hacen los niños y niñas con el material, luego
puede ayudar en la resolución de problemas y si es necesario, realizará acciones
conjuntas mostrándoles otras formas posibles de construir. Paulatinamente, irán
abandonando el campo de la realidad donde se hizo presente la exploración para entrar
en el campo ficcional del juego. Recordemos que la actividad de exploración puede
convertirse en juego cuando los niños y niñas lo deseen, siendo éste su propósito en el
Juego Trabajo, pero es preciso tener en cuenta, que no necesariamente toda
exploración termina siendo un juego de construcciones.
o en el sector de juegos de mesa se pueden incorporar los materiales del kit de la
Ludoteca Escolar ya que permiten organizar juegos con reglas explícitas y anticipadas.
La mayoría de estos juegos tienen el mismo reglamento, pero hacen referencia a
distintos ámbitos de la experiencia social, de esta manera se mantienen los aspectos
operativos y se modifican los aspectos figurativos del juego. El propósito de estos
juegos es facilitar el aprendizaje del sistema de reglas y que al mismo tiempo pueda
ser transferido a distintas situaciones de la vida cultural, con lo cual, sería posible
enriquecer y ampliar el capital cultural de los niños y niñas de manera integrada al
desarrollo de los procesos cognitivos complejos. A los juegos ya existentes como
rompecabezas, loterías, dominós, se incorporan cartas españolas y temáticas, y dados,
para trabajar contenidos matemáticos. Además, los bowlings, que permiten la
construcción de las relaciones propias de los juegos de puntería, los contenidos
matemáticos y el registro de los puntajes. Es importante tener presente que los juegos
que se juegan en este sector son juegos que necesitan de un tiempo singular para ser
aprendidos, y a la vez, de un tiempo plural para aprender a jugar con otros. A veces, es
el/la misma docente quien se sienta a jugar con uno o dos niños/as, otras veces son
los mismos niños y niñas quienes se enfrentan al desafío de las reglas, ¿cómo se
juega? ¿qué tengo que hacer yo y qué tienen que hacer los otros? ¿cómo darme cuenta
si estoy ganando o estoy perdiendo? pueden ser preguntas habituales. En cada
pregunta, en cada acción individual y grupal, se va tejiendo una trama narrativa en la
que van poniendo en acto sus saberes, recordando que sólo sienten que están jugando
cuando comprenden las reglas del juego, es decir, que solo se reconocen como
jugadores cuando entienden qué hay que hacer. Atender a ello es responsabilidad del
docente para conocer lo que saben, lo que pueden hacer solos y con otros, a la hora
de seleccionar los contenidos y ofrecer los materiales de juego.
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