Presentación
El crédito mediático de los indicadores
internacionales de educación tiene también
sus riesgos. En efecto, la urgencia del dato y la
necesidad de traducirlo en noticia conduce a
una cierta simplificación, que no hace sino
facilitar usos interesados. Existen, sin
embargo, otros usos posibles de los resulta-
dos de los procesos de evaluación de los siste-
mas educativos. Se trata de usos como el que
representa este trabajo Resultados en España
del estudio PISA 2000: un trabajo consistente
en analizar de manera reflexiva los múltiples
datos españoles que una evaluación como
PISA 2000 aportaba, y de establecer correla-
ciones entre tales resultados y las muy dife-
rentes variables asociadas a ellos. Este cono-
cimiento sofisticado de la realidad evaluada es
el que permite emitir juicios serios sobre esa
realidad y empeñarse con modestia en la
solución de los problemas que la gestión de
todo sistema educativo lleva aparejados.
La evaluación de los sistemas educativos se
ha instalado a lo largo de los últimos años en
el cuadro de prioridades políticas de los
gestores de la educación. La evaluación se
ha convertido en un instrumento de reo-
rientación de las políticas educativas, en un
mecanismo de transparencia y en un medio
de inspirar soluciones de calidad y de equi-
dad sobre la base de diagnósticos rigurosos
y de datos fiables. No siempre el uso de los
resultados de la evaluación ha estado a la
altura de los avances metodológicos produ-
cidos. Con demasiada frecuencia, tales
resultados han sido utilizados de manera
sesgada o incompleta, como recurso para
legitimar las posiciones propias o para des-
calificar las ajenas.
Las evaluaciones de ámbito internacio-
nal aportan condiciones muy interesantes
en este marco. Permiten la comparación,
siempre estimulante, añaden perspectiva
para valorar la propia situación y desplazan
fuera de los ámbitos estrictamente naciona-
les los objetivos de las evaluaciones y la
administración de sus resultados. El estudio
PISA, iniciado el año 2000 y con aplicacio-
nes cíclicas cada tres años, ha tenido la vir-
tud de ocupar espacios mediáticos inusuales
en materia de educación y ha producido
debates políticos de notable calado en los
países participantes. Es lo que se espera, en
definitiva, de estudios de este tipo, porque
generan indicadores que la opinión pública
asume como válidos y aguarda expectante
cuando su publicación es inminente.
No importa gran cosa que este trabajo se
publique al cabo de algún tiempo de su reali-
zación. Su metodología es valiosa, sus conclu-
siones son perfectamente aplicables a estu-
dios más recientes y su diagnóstico de algunas
cosas que pasan en la educación española
merece ser atendido. Aunque no se publicó en
su momento, muchos tuvimos el privilegio de
leerlo entonces.
José Luis Pérez Iriarte
Director General de Educación, Formación
Profesional e Innovación Educativa
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